Daniela Sánchez / Justicia empolvada

AutorDaniela Sánchez

"El Derecho es tan profundamente esencial para la vida en sociedad, que frente a ti podría descomponerse un cuerpo y aún así, no estaría muerto, porque para efectos jurídicos la muerte no figura hasta que se expide un acta de defunción" menciona orgulloso el profesor de Derecho de las Sucesiones en el aula.

Mientras le miro con inconfundible desaprobación al comentario, no puedo evitar pensar que encontré el tema para mi próxima publicación, la indiscutible precariedad de algunas áreas del Derecho. Me repugna la colosal distancia que existe entre el Derecho mexicano y los posibles mecanismos de automatización que, aún, nos resistimos a integrar. En la misma semana el profesor de Derecho Tributario menciona que la automatización de los procesos que rodean la contribución es una fuente inequívoca de corrupción y malentendidos, me encuentro, una vez más, en total desacuerdo.

Se respira, en el ambiente legal, una putrefacta resiliencia al desarrollo tecnológico aplicado en los procesos legales. ¿Las causas? me atrevo a decir que el promedio de edad de aquellos que ejercen el Derecho en la actualidad, la característica soberbia y arrogancia de los abogados y el, muy fundado, miedo al reemplazo contribuyen formando un ecosistema hostil e infértil para que la tecnología incursione. Es una lástima que se piense de esta forma y se desaprovechen un sinfín de mecanismos que podrían eficientizar nuestra vida en sociedad.

¿Qué tan ineficaz se posiciona el Derecho mexicano cuando un hombre muerto no se entienda muerto hasta que una autoridad del Estado, por medio de un proceso profundamente burocratizado, le defina como tal? Me permito soñar con una nación donde exista un mecanismo de control poblacional un poco menos rudimentario, (De antemano me disculpo por la cacofonía) un México donde se entienda al muerto como muerto cuando muere y no hasta que se le "declare" como tal, medir los signos vitales de una persona en tiempo real no es materia de física cuántica.

Los resilientes se escudan con el pobre argumento de la alta exigencia económica que demanda la automatización de los procesos, les comento, de acuerdo con la sección de Transparencia del mismo organismo...

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