David Gómez-Álvarez / Anticorrupción: En país de ciegos...

AutorDavid Gómez-Álvarez

En casa del herrero, azadón de palo. Esta era la tónica con que venía actuando la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA), que ayer dio marcha atrás a una serie de equívocos que encendieron las alarmas dentro y fuera del sistema. En efecto, la Secretaría había conducido el proceso de designación de los directores que integrarán dicho órgano ejecutivo de forma cerrada y opaca, en contradicción con el espíritu de transparencia y apertura con que deberían de conducirse los órganos de combate a la corrupción. Acaso motivados por garantizar los mejores perfiles técnicos, la Secretaría optó por un proceso dirigido sólo a especialistas pero que contravenía la expectativa ciudadana de mayor participación e inclusión. Al final, el diálogo entre autoridades y ciudadanos hizo entrar en razón a todas las partes, de suerte que el acuerdo tomado fue que se rectifique, o incluso se reponga, el polémico proceso.

Más allá de malentendidos y equívocos, no exentos de ciertas grillas, los involucrados en la agenda anticorrupción de Jalisco -funcionarios, políticos, periodistas y ciudadanos- muchos tienen la capacidad e integridad para sortear este tipo de escollos. Sin embargo, el verdadero problema del SEA está en su complicado diseño institucional que, por ley, tiene que cumplir: un sistema integrado por titulares -de la Auditoría Superior, Fiscalía Anticorrupción, Contraloría, Instituto de Transparencia, Tribunal de Justicia Administrativa y Comité de Participación Social (CPS)- cuya prioridad es otra, lo cual les impide prestarle la debida atención al combate coordinado contra la corrupción. Para que un sistema funcione como tal, no basta con la suma de las partes, sino la complementariedad de las mismas que, en conjunto, produzca valor público, algo que aún no sucede.

Hasta ahora, el mayor logro del SEA es haber completado su integración. Si bien Jalisco se distingue de otros sistemas aún incompletos, incluido el nacional, eso no significa que la maquinaria funcione, mucho menos que esté dando resultados. Al ciudadano común no le interesan los tecnicismos en que se enfrascan los burócratas, sino los resultados concretos que muestren que se está combatiendo la corrupción. La falta de apoyo institucional a la Fiscalía...

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