David Gómez-Álvarez / Medina Mora: causa grave

AutorDavid Gómez-Álvarez

Nadie renuncia a un cargo ganando cientos de miles de pesos y mucho menos faltando once años para concluir su nombramiento. A menos de que exista una causa grave, como lo establece la misma Constitución, para renunciar al cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. No obstante, el polémico ex funcionario de seguridad del gobierno mexicano, Eduardo Medina Mora, renunció sin dar explicación alguna. Pero lo más preocupante es que ni el Ejecutivo ni el Senado de la República repararon en la ausencia de razones, como lo exige la Constitución. Una vergüenza la manera en cómo llegó y cómo se fue este polémico ministro que nunca debió haber sido nombrado.

A Medina Mora le debemos la iniciativa ciudadana en contra de los nombramientos arbitrarios, mejor conocida como #SinCuotasNiCuates, que colocó en el debate nacional uno de los temas pendientes de la agenda de rendición de cuentas del país: las designaciones públicas. A pesar de no contar con una reputación intachable ni un perfil apto, Medina Mora fue designado con calzador por el ex presidente Peña Nieto. Por eso resulta un despropósito que algunos actores, como la Coparmex, defiendan lo indefendible, que ahora tiene consecuencias ominosas para la división de poderes. Lo que mal comienza, mal termina.

Sin embargo, el problema de fondo no es Medina Mora, sino la perversión del método de elección de los máximos juzgadores del país, que se reproduce en el ámbito local con las mismas consecuencias nocivas que tienen sumidos y subordinados a los Tribunales Superiores de Justicia de los estados. Desde luego que al ex ministro Medina Mora lo orillaron a renunciar, probablemente a cambio de impunidad, al igual que lo presionaron por medio de una campaña de desprestigio en contra de su socio cuya "culpa" es ser su pariente: José Medina Mora, un empresario íntegro y con legítimas aspiraciones políticas, quien de llegar a la presidencia nacional de la Coparmex, resultaría incómodo para el actual gobierno. Nada es fortuito, pero en política también pagan justos por pecadores.

El innovador método de designaciones de los ministros, por medio de ternas enviadas por el Ejecutivo, que en un inicio permitió incluir nombres aptos y probos, se fue desvirtuando al paso de los nombramientos con ternas amañadas. El primer caso de abuso presidencial fue cuando el ex presidente Vicente Fox envió dos veces el nombre de Margarita Luna, quien fue designada por el Senado, rompiendo así...

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