EN EL DEBATE / ¿Comida o educación chatarra?

Alfonso Cruz Lozano

Para la Cámara de la Industria Alimenticia de Jalisco, la obesidad es una problemática crónica, compleja y multifactorial que se puede prevenir. Es un proceso que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia, que se establece por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético. Sin duda el tema de la obesidad infantil se ha convertido en una prioridad tanto para la sociedad mexicana como para el gobierno federal.

De ahí que el miércoles 26 de mayo se presentara el anteproyecto de lineamientos generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar por parte de los Secretarios de Salud, José Ángel Córdova, y de Educación Pública, Alonso Lujambio.

Ahí se informó que, a partir del próximo ciclo escolar, las tiendas y cooperativas de centros escolares de diversos niveles educativos, como preescolares, primarias y secundarias, tanto públicos como privados, de todo el País tendrán prohibido vender refrescos, frituras y dulces, con el fin de combatir el sobrepeso y la obesidad infantil.

Por su parte, los secretarios federales de Educación Pública y Salud promueven ese anteproyecto que busca fijar lineamientos para la venta y distribución de alimentos y bebidas en las cooperativas y tiendas de las escuelas, mediante la clasificación de productos "permitidos" y "no permitidos".

Sin embargo, en la CIAJ creemos que, aunque esta acción ayuda a menguar y disminuir la problemática de la obesidad infantil, no ataca el problema de fondo. No existen productos "no permitidos", existen combinaciones y cantidades "no permitidas"; no existen "productos chatarra", existen "dietas chatarra".

La solución integral no se basa en una clasificación excluyente que trate de controlar la ingesta del niño y el adolescente en un tercio del día, se basa en una cultura alimentaria que inicia en el núcleo familiar, en patrones de alimentación saludable, en deporte y actividad física.

Creemos que, lejos de hacer una clasificación estricta de productos, debería hacerse un esfuerzo y un acercamiento en conjunto con los industriales de la alimentación, para generar en esos productos "no permitidos" las mejoras y modificaciones que den una alternativa para la población infantil.

Hay que recordar que la industria alimenticia aporta el 36 por ciento de todos los empleos generados por la Industria de Transformación del Estado de Jalisco, por lo que la solución no está en excluir sino en informar...

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