EN EL DEBATE / Olimpismo mexicano

Carlos Andrade Garín

Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo. A. Einstein.

Analizando los resultados alcanzados por nuestra delegación en los Juegos Olímpicos de Beijing, en relación con la frase del renombrado científico y siendo los mismos de otras Olimpiadas (con honrosas y contadas excepciones), queda claro que esto sucede porque seguimos haciendo lo mismo.

El punto está en identificar lo que debe ser cambiado y cómo hacerlo. Lo primero sería detectar los elementos repetidos por ciclos olímpicos que conllevan siempre el mismo resultado, estrategia que utilizan países exitosos en el deporte de alto rendimiento.

Algunas de las acciones emprendidas por estos países son coincidentes: el establecimiento de un programa para el deporte de alto rendimiento, elaborado, desarrollado y fiscalizado por especialistas. El cambio que demandan los pobres resultados alcanzados de manera casi tradicional por el deporte mexicano no puede estar sustentado en la improvisación y empirismo de directivos y entrenadores en las diferentes estructuras técnico administrativas y metodológicas existentes. Es necesario contar con entrenadores deportivos de alto nivel y sólida formación que surjan en su mayoría de un programa nacional de formación. A la par, debemos trabajar también en la integración de grupos multidisciplinarios, con un lenguaje común y una definición clara de las funciones que deben desarrollar.

Algo relevante y coincidente en los países que muestran avance en sus resultados es la calidad, estabilidad y variabilidad en los apoyos a sus deportistas en todas las etapas de su formación, se dan no sólo a aquellos que están en la élite, sino a los talentos. Aquí cabe distinguir entre estímulos por resultados deportivos y apoyos para la preparación. El primero reconoce un resultado obtenido en un evento importante; el segundo garantiza los recursos técnicos, científicos y académicos para que ese resultado se alcance. Nuestro sistema de estímulos y becas dista bastante de alcanzar los niveles que se requieren para garantizar la estabilidad socioeconómica que hoy en día reclama un talento deportivo, futuro atleta de clase mundial o medallista olímpico.

La integración de un proyecto para el deporte de alto rendimiento, con la magnitud necesaria como para garantizar el éxito deportivo al más alto nivel, requiere de una gran voluntad política en todos aquellos que intervienen en el proceso. Pero encontramos todo lo contrario, disputas por el...

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