EN EL DEBATE / Pendientes de la Alerta

Érika Loyo Beristáin

En su último libro, titulado "La política en tiempos de indignación", el filósofo español Daniel Innerarity señala que las transformaciones políticas de la actualidad modifican tres clases de asuntos: los sujetos, los temas y/o las condiciones; todos ellos, dentro de una democracia participativa en donde hoy, todas y todos hacemos política -saberes políticos, expertos y ciudadanos- en horizontalidad y desacralización política.

Gracias a las luchas de diferentes organismos de la sociedad civil y de múltiples activistas, los diferentes tipos y modalidades de violencias que sufren las mujeres han logrado pasar de la normalidad cotidiana, a la visibilidad y la discusión pública. Es desde ahí en donde se decide atender el reclamo de construir una Alerta de Violencia contra las Mujeres en el Estado de Jalisco, que debiera ser visto como un mecanismo de unión, lucha y fortalecimiento social e institucional que trascienda los egos y genere accion de política pública con impacto en la vida cotidiana de todas las ciudadanas y ciudadanos a mediano y largo plazo.

La Alerta de Violencia contra las Mujeres, "en tiempos de indignación" ante las violencias de las que son objeto las niñas y mujeres de nuestro Estado, es un mecanismo que se construyó de manera horizontal, transversal e interinstitucional desde el acuerdo, desde un espacio que pretende, bajo una visión de ética pública; generar acciones transformadoras sobre las ciudades y el espacio público; en torno a las formas en las que convivimos mujeres y hombres, niños y niñas; con relación a la educación que debemos brindar a nuestras hijas e hijos; con respecto a la forma en la que debemos de ser padres y/o parejas en una relación de igualdad y sana convivencia.

El informe elaborado por el Grupo Interinstitucional y Multidisciplinario da cuenta de estas líneas que no deben ser aspiraciones, sino actos de congruencia y moralidad política -porque todas y todos tenemos una deuda con las mujeres de Jalisco y porque la violencia no tiene color ni partidos-.

En Jalisco, en tiempos en los que la indignación debiera no sólo concentrarse en la política y en lo político, sino en las formas a partir de las cuales las violencias contra las mujeres y niñas se han normalizado, es necesario que como sociedad generemos una conciencia y una nueva cultura de respeto e igualdad. Es indispensable seguir construyendo políticas públicas que atiendan estos temas con un énfasis en la prevención, la...

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