EN EL DEBATE / Tradición o maltrato

Juan Javier García Romero

La tauromaquia es una tradición. Forma parte de la cultura mexicana mestiza, desde hace cuatro siglos. Es un patrimonio cultural inmaterial reconocido. Tiene arraigo en todo el territorio mexicano, a través de diversas celebraciones en ferias y festejos en más de quinientas poblaciones y ciudades de la República.

En la actualidad, más de 4 millones de personas asisten anualmente a los festejos de la tauromaquia en nuestro País, lo cual genera un valor económico de 7 mil millones de pesos.

La raza de toros de lidia es única y la más antigua en estar bajo el control del hombre, preservándola y aumentándola. El único fin de la raza del toro de lidia es el de ir a las plazas de toros a morir, para luego ser animal de abasto para el consumo humano, al igual que todas las demás razas de reses. Con la diferencia de que los toros de engorda mueren anónimos en un rastro a los 18 meses de nacidos y los de lidia a los 5 años, después de haber vivido en el campo.

La crianza de toros de lidia es bastión de la ecología, porque se crían en condiciones sanas en el campo mexicano, en favor de los ecosistemas, de la flora y la fauna. Genera miles de empleos directos e indirectos en todo el país, tanto en las ganaderías como en las plazas y en los que profesionalmente se dedican a ese oficio. Miles de familias dependen de esta manifestación cultural.

Los mexicanos tenemos derecho a defender nuestras tradiciones. Cada grupo de mujeres y hombres libres, que representen afinidad por cualquier tradición, tienen el derecho a que se respeten esas tradiciones, y que se garanticen las condiciones básicas para su manifestación.

No se trata sólo de una idea, sino de un ideal que garantiza la sana convivencia entre todos los que vivimos en este País.

La Constitución establece que todas las personas gozan de diversos derechos humanos, cuyo ejercicio no puede restringirse ni suspenderse. Las autoridades deben promover, respetar, proteger y garantizar tales derechos humanos.

México tiene una composición pluricultural, lo que implica que las diferentes formas de entendimiento y representación de la cultura deben ser respetadas, como es el caso de la tauromaquia. Es la razón por la que culturalmente toda mujer y todo hombre tienen el derecho a aspirar al bienestar del ser humano, en las diversas representaciones culturales que se las produzca.

La Constitución también protege el derecho de acceso a la cultura, al disfrute y al ejercicio de los...

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