EN EL DEBATE / ¿Tren Ligero vs. Macrobús?

Arturo Zamora Jiménez

El del transporte público se ha convertido en el tema central de la agenda pública de las ciudades. El agotamiento de un modelo de desarrollo urbano -centrado en el uso del vehículo particular y basado en esquemas de incorporación de suelo urbano barato, con sus consabidos efectos de congestionamiento vial, contaminación, deterioro de la calidad de vida, degradación del espacio público, pérdida sostenida de la productividad urbana, segregación social y alteración de la geografía natural-, está obligando a las metrópolis a emprender la ruta de regreso a un modelo de ordenamiento territorial de los centros de población racional, donde la movilidad sea el eje de un nuevo paradigma orientado a la competitividad sustentable.

Es una fórmula sencilla y hasta de sentido común, que resulta sin embargo extraordinariamente difícil llevar a la práctica con éxito y congruencia, producto de la complejidad de los procesos y variables que intervienen en la cuestión del transporte público y de la forma desorganizada, fragmentada o improvisada con que luego se abordan estas cuestiones en un contexto gubernamental, un orden jurídico-administrativo y un ambiente político poco propicios a la resolución consistente de políticas públicas.

Para entender la materia del transporte público hay que recordar que ésta presenta por igual una dimensión territorial-urbanística, una organizacional y de gestión, otra tecnológica, una más de tipo financiero y desde luego la social, sin duda la fundamental. Podemos apostar a que si alguna de ellas se descuida en la planeación e instrumentación de cualquier plan de reforma o innovación en el sector, vamos a tener muchos problemas, cualquiera de ellos suficientemente grave como para bloquear el proceso de ejecución de los proyectos, por buenos que parezcan a quienes los promueven.

Si consideramos además que dicha problemática se da en un espacio territorial metropolitano en el que coexisten hasta siete gobiernos municipales y una administración estatal con competencias concurrentes en la materia, en un marco institucional, legal, presupuestal y administrativo obsoleto y sin acuerdos políticos claros y firmes, no podemos esperar más que un desorden lamentable que no va a redundar más que en perjuicio de la eficiencia de la conurbación y de los intereses de la sociedad, la economía, la calidad de vida y el medio ambiente.

Cuando me tocó presidir el Ayuntamiento de Zapopan 2004-2006 impulsamos la primera...

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