Crea decisión de Londres controversia en el mundo

BUENOS AIRES (REUTERS/AFP).- Mientras que la mayoría de los Gobiernos del mundo manifestaron cautela, los defensores de los derechos humanos en el mundo recibieron ayer con disgusto el anuncio británico de que Londres se inclinaba por no extraditar al ex dictador chileno Augusto Pinochet a España debido a su estado de salud.

En Chile, un portavoz de Amnistía Internacional, el grupo de derechos humanos que desempeñó un destacado papel en el proceso legal contra el General en retiro, anticipó que pedirá ver los exámenes médicos y que buscará la forma de continuar su lucha.

Hebe de Bonafini, titular del grupo argentino Madres de Plaza de Mayo, expresó: "Me da mucha tristeza por los chilenos porque hay muchos pinochetistas que lo van a sentir como un triunfo".

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, fue más irónica: "Ya conocemos a estos genocidas, en su país rápidamente se sanará, se curará y volverá a ejercer una política nefasta".

Venezuela expresó su desagrado en forma oficial. El Canciller José Vicente Rangel indicó que "es curioso y hasta inmoral históricamente que a Pinochet lo salven de ser juzgado por sus crímenes alegando razones de carácter humanitario, las mismas razones que no tuvo con las miles de víctimas de su Gobierno".

Genaro Colchado, jefe de asuntos políticos del partido gobernante peruano Cambio 90, sostuvo que con el regreso de Pinochet a Chile "se tomaría la alternativa correcta (...) se diría a Pinochet que la humanidad no olvida sus errores, pero que está varios pasos más allá".

Por su parte, Estados Unidos "respetará" la decisión que adopte Gran Bretaña sobre el caso Pinochet, indicó la Casa Blanca. "Desde el principio dijimos que...

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