Denise Dresser / Cirugía mayor

AutorDenise Dresser

Un poco de lápiz labial. Un poco de sombra de ojos. Un poco de rímel. Una maquillada rápida a Raúl Cervantes y a la PGR para convertirlos en aquello que muchos miembros de la clase política quieren. Un Fiscal Carnal al frente de una institución que se aboque a hacer lo de siempre. No investigar o impulsarlo selectivamente. Proteger a los cuates y las prácticas que caracterizan a la cuatitud. Ofrecer justicia a modo e injusticia cuando sea necesario. Así han sido los Procuradores y las Procuradurías desde hace décadas: hombres e instituciones al servicio del poder y no del ciudadano. Funcionarios y dependencias responsables de la impunidad cotidiana, la corrupción compartida, los Ferraris sin fin. México atorado porque no logra construir un Estado de Derecho funcional. México paralizado por una justicia que rara vez lo es.

Ante la magnitud del problema y la urgencia de la solución son insuficientes los retoques, el polvo en la nariz, el brillo en los labios. Lo que la Procuraduría necesita en la transición a una Fiscalía General es cirugía mayor. Y por ello no basta la eliminación del "pase automático" de Raúl Cervantes como ha sido anunciado, aplaudido, acordado. No basta aprobar una iniciativa superficial que le permita al Fiscal Carnal competir con otros para luego "ganar" y permanecer. No basta con ponerle perfume a la cabeza: también habrá que intervenir quirúrgicamente en el cuerpo, en la Procuraduría misma para que no cargue con los viejos males, las viejas enfermedades. La PGR está enferma y en lugar de curarla, miembros del PRIAN ofrecen tan solo depilarle las cejas para ocultar el cáncer que se esparce. El Fiscal Ferrari contraviene todas las mejores prácticas de selección y perfil, pero en vez de descartarlo, muchos insisten en peinarle la barba para que se quede ahí.

Cuando es obvio para quienes han examinado de manera comparativa y sistemática las experiencias internacionales, un buen Fiscal necesita independencia política. Ser probo y no evasor de impuestos. Ser honorable y no abogado del PRI. Y además su designación no puede ser por genuflexión. No puede formar parte de un intercambio de fichas vía las cuotas y los cuates y el reparto de dinero. El nombramiento de quien aspire a impartir justicia de una manera distinta entraña criterios distintos. No el dedazo presidencial sino una comisión de designación. No el Congreso haciéndole el...

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