Denise Dresser / Manzana podrida

AutorDenise Dresser

Sigrid Arzt, la comisionada del IFAI, es una Mata Hari mexicana. Mitad funcionaria, mitad espía. Mitad impulsora de la transparencia, mitad defensora de la opacidad. Una típica doble agente como la que se volvió famosa durante la Primera Guerra Mundial. Sólo que en lugar de pasarle información a los alemanes, espiaba para sus propios propósitos. Sigrid, sentada frente a su computadora, usando el alias "María González" para presentar solicitudes de información sobre funcionarios gubernamentales y académicos críticos de Calderón y sus propios colegas del IFAI. Sigrid, luego, impulsando esas mismas solicitudes en nombre de la transparencia y del derecho de su seudónimo a obtener información del gobierno. Sigrid, finalmente, mintiendo en público sobre lo que hizo cuando ya había admitido en privado su responsabilidad. Sigrid, antítesis de lo que significa la rendición de cuentas y por ello debe renunciar.

Porque el IFAI es el producto de un esfuerzo colectivo para esclarecer lo que no se debe esconder. Porque el IFAI es uno de los pocos contrapesos al ejercicio arbitrario del poder. Porque el IFAI fue creado precisamente para evidenciar todo aquello que Sigrid Arzt ha hecho, y evitarlo. Bloquear la apertura de información incómoda sobre cuestiones de seguridad nacional. Usar una posición privilegiada para obtener información sobre enemigos y rivales. Ocultar su verdadera identidad en sus solicitudes de información. Ofuscar lo ocurrido, argumentando que su computadora fue "hackeada". Afirmar "que no hay ninguna investigación en mi contra" y luego ser desmentida por un reporte emitido por el propio Instituto. Hechos verificados, constatados, documentados. Hechos que vuelven a la señora Arzt desmerecedora del puesto que ocupa y de la posición que protege.

Y su actuación demuestra cuán reprobable fue su designación. Cuán equivocados fueron los criterios de Felipe Calderón en colocarla allí. Cuán importante es modificar la manera en la cual se elige a los comisionados del IFAI, ahora que se volverá un órgano constitucionalmente autónomo. El Presidente instaló en el Instituto a una subordinada, en lugar de una experta; nombró a una aliada para que le ayudara a ocultar, en lugar de una guerrera abocada a airear. Calderón quiso convertir a la información en un arma política y Sigrid Arzt le ayudó con el trabajo sucio. Haciendo peticiones de información de por lo menos 33 personajes públicos. Intentando averiguar con quién se reunieron, con quién...

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