Denise Dresser / Pata extendida

AutorDenise Dresser

Dependientes, domesticados, amaestrados. No ciudadanos con derechos, sino mascotas con instintos. Así percibe el Presidente a los pobres del país y así se refiere a ellos. Una pifia pero muy reveladora; un desliz verbal que evidencia cómo entiende su papel y el del gobierno que encabeza. El Estado no empodera, el Estado da. El pueblo no exige, el pueblo agradece. El Estado no provee oportunidades, el Estado otorga dádivas. El pueblo no cuestiona, el pueblo extiende la mano.

Lo más loable de la 4T ha sido reconocer la pobreza lacerante, la desigualdad indignante. Lo más aplaudible del gobierno lopezobradorista ha sido colocar en el centro de la atención aquello que llevaba decenios en la periferia. El México al cual no hemos querido mirar; el México al cual tantos le tienen miedo. Miedo a los pobres, a los indígenas, a los despojados. Miedo a los que subsisten en la base de la pirámide social vendiendo chicles; miedo a los 17 millones de compatriotas que sobreviven con menos de 20 pesos al día; miedo a los marginados que la modernidad prometida no toca ni alcanza ni transforma. Miedo a la subclase permanente de 50 millones de desposeídos para los cuales el sistema económico no funciona. Millones que ahora recibirán dinero directamente del gobierno y su vida indudablemente será mejor que antes.

Pero aún no sabemos si los nuevos programas sociales crearán condiciones para que los beneficiarios transiten de la dependencia a la autonomía, de la condición de mascotas a la categoría de ciudadanos, de la pobreza a la posibilidad de salir de ella. Aún faltan reglas de operación; aún faltan mecanismos de evaluación; aún faltan métodos de medición. Pero aún así es posible discernir impactos previsibles en función de decisiones anunciadas, como lo explica Máximo Ernesto Jaramillo-Molina en "'Sin intermediarios': la política social en la 4T". En la nueva visión coexiste lo bueno, lo malo y lo feo. Lo positivo de la pensión para adultos mayores y personas con discapacidad, las becas para educación media y superior y "Jóvenes construyendo el futuro". Lo negativo que entraña la disminución en 32% de los apoyos de Prospera y la re-mercantilización de la política social en estancias y refugios. Lo alarmante del Censo del Bienestar y su andamiaje clientelar. Lo preocupante de programas en marcha sin reglas...

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