Denise Dresser / IFE: Verdades necesarias

AutorDenise Dresser

Mareados, spoteados, avasallados, disgustados y con buenos motivos para sentirnos así. Porque la numeralia de la elección presidencial del 2012 que el IFE está examinando revela un sistema político que en aras de promover la equidad ha producido el abuso. Una narrativa de rebases de topes de campaña. Una crónica de caos, una historia de desorden, una larga lista de excesos e irregularidades pagadas con el dinero de los contribuyentes. Una predicción de multas millonarias provocadas por partidos que rutinariamente actúan fuera de la ley. Hoy en México la democracia no significa igualdad de oportunidades para contender, sino igualdad de oportunidades para abusar.

Hoy el país padece las consecuencias de una decisión fundacional que se ha vuelto contraproducente. La apuesta al financiamiento público a los partidos como una forma de fortalecer la democracia está empeorando su calidad. Lo que funcionó en 1996 se ha vuelto disfuncional 17 años después. Lo que fue un bálsamo se ha convertido en un veneno. Lo que funcionó para fomentar la competencia ahora financia la incontinencia. Lo que fue un ingrediente indispensable para la transición actualmente obstaculiza su avance. El subsidio público a los partidos resolvió algunos dilemas pero ha creado otros y muy graves.

Antes la equidad electoral enfrentaba el problema del acceso al financiamiento, y ahora se enfrenta al problema de sus excesos. Antes se pensaba que el financiamiento público prevendría el ingreso indebido del financiamiento privado al proceso electoral, pero tanto Monex como Soriana, como los excesos cometidos por el Movimiento Progresista, han demostrado que no es así. Antes el Estado canalizaba recursos para asegurar la equidad entre los partidos y ahora esos flujos ascendentes contribuyen a su "cartelización".

Partidos que son cárteles de la política y operan como tales. Deciden quién participa en ella y quién no; deciden cuánto dinero les toca y cómo reportarlo; deciden las reglas del juego y resisten demandas para su reformulación; deciden cómo fortalecer su feudo y reciben protección del IFE para hacerlo. Partidos que canalizan el dinero público para pagar actividades poco relacionadas con el bienestar de la sociedad. Organizaciones multimillonarias que, en lugar de transmitir demandas legítimas desde abajo, ofrecen empleo permanente a los de arriba. Organizaciones autónomas que extraen sin representar y usan recursos de la ciudadanía sin explicar puntual y cabalmente su...

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