Desencadena ambición una jornada de sangre

AutorAntonio Navarrete

La ambición por controlar la producción y distribución de "crystal" entre dos bandas rivales, provocó que se viviera una jornada de muerte y persecuciones que culminó con la ejecución de tres personas y otras dos heridas.

La mañana del miércoles, José Luis Araiza Contreras salió de su casa, localizada en Bugambilias, para ir a correr, pero ya no regresó.

Su cuerpo fue encontrado a las 19:35 horas de ese mismo día en la calle Ramón Corona, en el poblado de Santa Anita.

Los datos que aportó la familia fueron que el hombre tenía un negocio de tráileres para hacer fletes, varias refaccionarias y una constructora, además de que había trabajado como policía turístico en Guadalajara.

Era el primer aviso para los policías investigadores del área de Homicidios Intencionales de la Procuraduría estatal de que una jornada violenta se acercaba.

Una llamada hecha al filo de las 3:50 horas del jueves alarmó a los agentes, quienes recibieron el reporte de que en una gasolinera de la carretera a Morelia se encontraban dos hombres heridos a balazos.

Se trataba de los hermanos Omar y Adrián Fonseca González; el primero de ellos tuvo que ser llevado al Hospital Civil de Guadalajara por la gravedad de sus heridas.

Pero Adrián, que sólo tenía un rozón de bala en la cara, fue interrogado por los investigadores.

Dijo que un grupo de desconocidos había tratado de asesinarlos a él, a su hermano y a José de Jesús Briones Benavides, quien sí fue ejecutado.

Familiares de Briones Benavides se presentaron al Servicio Médico Forense y declararon que el hombre se había desempeñado como policía judicial antisecuestros en Nuevo Laredo, Tamaulipas, como agente de la AFI en el Distrito Federal y como agente aduanal en Jalisco.

A las 7:50 horas, unas personas que pasaron por un lote baldío ubicado en Aldama y Camino Real a Colima, encontraron un tercer cadáver.

Era Daniel Vargas Galván, identificado horas después por su hermana Arcelia, quien dijo que éste vivía en el rancho Jorongoro, en Tepalcatepec, Michoacán, pero que cada fin de semana iba de descanso a un rancho que tenía en Guadalajara del que no sabía la dirección.

Adrián fue interrogado nuevamente y confesó a las autoridades que Araiza Contreras y Vargas Galván habían sido asesinados el miércoles en un rancho localizado en la carretera San Isidro-Mazatepec-Tala por un hombre apodado "El Piporro", presunto sicario de un grupo de narcos de Tecalitlán.

Dijo que después de que "El Piporro" salió del rancho, él, su hermano...

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