Despacho de Negocios / Un caso común

AutorAlejandro Delgado Ayala

Tengo un amigo que hace dos meses decidió comprar un negocio en Guadalajara. La empresa se encontraba en problemas pero él consideró que con una administración adecuada podría salir a flote y generar utilidades en un año aproximadamente. El negocio es pequeño y tenía 15 empleados.

Mi amigo inició con una eliminación de pasivos pagando a proveedores, empleados y otros acreedores diversos. Redujo costos fijos, mejoró su cadena de suministro, potenció sus activos, implementó una reingeniería de procesos y estableció nuevos servicios que ampliaran las fuentes de ingresos.

En dos meses mi amigo redujo costos fijos por un 25 por ciento, aumentó sus ventas por cliente en 30 por ciento y logró poner en punto de equilibrio a la empresa. Todos sus acreedores comerciales fueron accesibles, dieron plazos o quitas y hoy han sido liquidados.

Para él fue sorprendente ver que del costo corriente por sueldos, el IMSS, las retenciones por impuestos y el Infonavit representaban una cantidad casi igual al ingreso neto de los empleados. La única forma de reducir semejante costo era despidiendo empleados, a lo que él se rehusó. Es decir, el IMSS e Infonavit representan costos que no toman en consideración la situación económica o financiera de una empresa, que no se preocupan por ser eficientes o por hacer que sus clientes, es decir las empresas, sean viables y sanas para poder mantenerlos como su fuente de ingresos en forma sustentable. Igualmente, fue una dura sorpresa para mi amigo el saber que las autoridades municipales también generan costos fijos insalvables y un acoso constante.

Inocente mi amigo, compró la empresa pensando que lo único que se requiere para salvar un negocio y hacerlo viable es trabajar duro, invertir y satisfacer una necesidad del mercado en forma rentable.

En dos meses de invertir dinero bueno y fresco para tratar de salvar la empresa y mantener 15 plazas de trabajo, la empresa de mi amigo ha recibido dos auditorías de la SHCP, tres visitas de embargo del IMSS, tres del Infonavit, de las cuales una es una interventoría ilegal injustificada e inexistente, dos extorsiones de despachos de abogados que laboran para el Gobierno y tres multas unilaterales e improcedentes del Municipio de Guadalajara.

A lo anterior, súmele usted la negativa del sindicato a desistirse de la huelga con que mi amigo encontró la empresa. El líder sindical argumenta que él tiene derecho a mantener a la empresa emplazada a huelga, aunque los empleados no apoyen...

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