Me lo dijo un pajarito / ¡Yo, Vince!

Autor@doncanario

Esa expresión se escuchó casi en cada uno de los 96 episodios que tuvo Entourage en sus ocho temporadas y gracias a ella aprendimos hasta donde puede llegar la codependencia. Todos en la serie, muy unidos, muy amiguitos, pero siempre viviendo a costillas de la fama del protagonista, y de una u otra manera, deja una moraleja simple: a la gorra no hay quien le corra.

Sí, fue una serie como pocas. Sí, mucho de su éxito radico en la novedad de la temática, en que había mujeres -muchas mujeres-, fiestas y una vida glamorosa que muchos espectadores compartieron de manera enajenada, pero aún así, nunca dejó de ser el Sex and the City de los hombres. De Nueva York a Los Ángeles, aquello era la misma gata, pero revolcada y enchulada.

Para bien o para mal, lo que satanizaba a Sex... se le celebraba a Entourage, ¡qué ironía! No sé si sea porque se daba un retrato de un Hollywood muy punto y aparte de la sociedad, o porque tal vez se trataba del género masculino y entonces no se veían tan mal la promiscuidad y el lenguaje altisonante. Como sea, esto sirvió también para comprobar que aún hay gente que gusta de la misoginia y los golpes de pecho al juzgar contenidos de TV.

Aunque la formula funcionaba a la perfección, los escritores de Entourage entendieron que no podrían sostener por mucho tiempo ese mismo argumento sin generar un segundo movimiento feminista, por lo que poco a poco fueron quitando esas costumbres.. y entonces pasaron de la fantasía de todo hombre mantenido con la realización del sueño americano a un tremendo dramón de niños...

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