El disfraz del piropo
| Autor | Yoana Rodríguez |
Ser mujer y caminar por las calles de esta Ciudad significa una batalla de géneros en donde los ataques llegan como proyectiles de miradas clavadas, chiflidos y comentarios incómodos sobre su cuerpo, vestimenta y movimiento al caminar.
"Una vez que se rompe este candado en donde es normal que los hombres le tiren 'piropos' a las mujeres porque creen que todas quieren ser guapas deja de importar que sea un desconocido y que eso las incomode", sostiene Citlali Murillo, miembro del colectivo Calle Sin Acoso.
Para el grupo civil creado hace dos años y conformado por mujeres que buscan erradicar de las calles la violencia contra las mujeres, los piropos no se asumen como acoso callejero pues son parte de una conducta aceptada por ambos y que ha sido reforzada en publicidad, televisión, películas y canciones, en donde la molestia se pasa por alto al asumir que es parte del día a día, algo normal.
"Es un primer sometimiento que obliga a las mujeres a ignorar la incomodidad que una persona que no conoces te aborde en la calle", afirma Murillo.
"Tampoco es una muestra de galantería porque no se trata de si las mujeres les parecen bonitas o no, sino por molestarlas y reafirmar su masculinidad", explica Yazmín Rayas, miembro de la investigación El Acoso Sexual en el Espacio Público: Experiencias en la ZMG, un trabajo cualitativo del ITESO, que busca desarrollar un kit metodológico a fin de estudiar el fenómeno a partir de criterios comparables entre sí.
Ambas coinciden que recibir estos comentarios cargados de una connotación sexual va más allá de la incomodidad, pues repercuten en la manera en la que las mujeres se visten, los lugares a los que van, las horas a las que salen, si deciden hacerlo solas o no y vulneran su percepción de seguridad en el espacio público.
En Jalisco, en febrero de 2016, se decretó la Alerta de Violencia Contra las Mujeres en ocho localidades. El informe "Mapas del Estudio de Opinión sobre Violencia Comunitaria de los 8 Municipios del Estado de Jalisco", publicado a finales de 2016 por el Instituto Jalisciense de las Mujeres, documenta que entre 7 y 8 de cada 10 mujeres que viven en la Zona Metropolitana de Guadalajara se sienten algo o muy inseguras cuando caminan por las calles de sus colonias.
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