El 'divino' también falla

AutorCarlos Rubio

"He fallado pocos penaltis, pero cuando los fallaba me los paraban, no se iban a las nubes".

Para uno de los jugadores más talentosos del futbol moderno, fallar un penal en una Final de Copa del Mundo no estaba en el guión.

El error de Roberto Baggio en el duelo por el título de Estados Unidos 94 se tradujo en el tetracampeonato de Brasil, pero para "Il Divino" significó una pesadilla que lo atormentó durante varias noches y que lo llevó, incluso, a pensar en el retiro.

"Cuando fui hacia el punto de penalti estaba todo lo lúcido que se puede estar en esos momentos. Sabía que (Claudio) Taffarel se tiraba siempre, por eso decidí tirarlo al medio, a media altura, justo para que no pudiera despejarlo con los pies. Era una elección inteligente", relata Baggio en su libro "Una Puerta en el Cielo".

Pero esa decisión inteligente fue saboteada, al parecer, por una fuerza más allá de lo natural.

EL MILAGRO DE SENNA

La imagen aún permanece vigente entre los aficionados: Baggio, con los brazos en la cintura y la vista agachada tras fallar el penalti decisivo, mientras los integrantes del "Scratch du Ouro" corrían para festejar su cuarto título mundial.

"Los brasileños dicen que fue Ayrton Senna (el piloto brasileño de Fórmula Uno, fallecido ese mismo año) quien desde el cielo elevó la pelota. Quién sabe. Es la explicación romántica a una acto inexplicable, a no ser por el cansancio.

"Era el primer lanzador de penales en el equipo y nunca he escapado de la responsabilidad, siempre he dicho que los penales los fallan los que tienen el coraje de tirarlos. Aquél lo fallé, fue el momento más duro de mi carrera, me condicionó durante años. Todavía sueño con él", acota Baggio en su libro.

EPÍLOGO DE TERROR

La realidad es que la Final de Estados Unidos 94 -ante un lleno en el Rose Bowl de Pasadena, California- no fue para nada espectacular. El partido terminó empatado sin goles en el tiempo regular y en la prórroga.

Un tiro al poste tras un mal rechace del portero Gianluca Pagliuca y una falla de Romario frente a la portería fueron los momentos de mayor peligro en un juego que dejó la emoción para la tanda de penales.

Cuando Franco Baressi, el capitán de Italia, se lastimó los meniscos en el juego de la Primera Fase, contra Noruega, y debió ser operado, ni él mismo pensó que el 17 de julio, apenas 24 días después, estaría frente al balón y con la gloria a once metros de distancia.

TENSIÓN AL MÁXIMO

La historia no tuvo un final feliz para Baressi, el primero en...

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