Dolor convertido en caos

AutorLuis Alberto Aguirre

Se suponía que la noche del miércoles sería de fiesta en Vancouver, pero al final se vivió una infernal pesadilla.

Adentro del Rogers Arena, casa de los Canucks de Vancouver, los aficionados aplaudían a su rival, los Boston Bruins, mientras el capitán de estos, Zdeno Chara, alzaba la legendaria Copa Stanley que corona al campeón de la NHL; pero en las calles se vivió un caos.

Luego de que los Canucks cayeron en la Final del hockey , parte de las más de 100 mil personas que en las calles del centro de Vancouver vieron el séptimo juego ante Boston, pasaron de ser ejemplares aficionados a pandilleros sin control.

Antes de terminar el último periodo aficionados ya arrojaban botellas y vasos a la pantalla gigante en la calle de Georgia; cuando el reloj marcó ceros, poco a poco se transformó en una" zona de guerra", aficionados prendieron fuego a autos y a patrullas de la Policía, rompieron vidrios, tiraron baños portátiles, golpearon a otros aficionados.

La rapiña y destrozos en centros comerciales no se hizo esperar, sangre en el piso y en las paredes... una escena increíble en el corazón de una de las ciudades más visitadas del mundo, y todo a causa de un partido de hockey.

No se habla de cifras oficiales, pero se estiman perdidas millonarias por los 50 negocios que sufrieron daños, unos perdiendo hasta más de 500 mil dólares en mercancía. Se habla de más de 100 arrestos y 140 lesionados, uno de gravedad.

En Vancouver, como en la provincia de British Columbia, en el oeste canadiense, ganar el título era terminar con 40 años de frustraciones, de grandes temporadas sin un...

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