Dosifica Historia

AutorJorge Ricardo

El historiador Alejandro Rosas (DF, 1969) publicó un libro para todo el año. Su título es 365 Días para Conocer la Historia de México. Nada menos que 742 páginas con un tema para cada día de la semana.

De los editores de 365 Días para Ser Más Culto, Martínez Roca Editores, el libro de Rosas reúne historias desde la época prehispánica hasta 1950.

Su propuesta es lunes: Retratos. Martes: Bailar con la más fea. Miércoles: Al grito de guerra. Jueves: A la mexicana. Viernes: Circo, maroma y teatro. Sábado: La insólita cotidianidad y domingo: Lugares con memoria.

"No es un libro de superación personal, no se trata de que dentro de un año seamos mejores o peores mexicanos, pero ayuda a comprender por qué no eres mejor o peor mexicano", dice el catedrático de la UNAM.

Si se inicia con orden la semana, primero podría conocerse a Gonzalo N. Santos, ese padre político de la patria que decía "vamos a darle tormento a la Constitución". Luego, que en 1807 El Diario de México propuso enviar invitaciones a los velorios o que para José Vasconcelos el verdadero lema de la Universidad Nacional era "Por mi raza hablará el espíritu santo".

Cualquier viernes del año se puede leer que en su estreno, el 15 de septiembre de 1854, el Himno Nacional no causó gran sentimentalismo. Al día siguiente, que en 1917 alguien registró como su invento el cronófono, una mezcla de reloj y un fonógrafo, y que alguien más, un gringo, patentó el "excusado higiénico crematorio". Un domingo cualquiera se puede saber que el Monumento a la Revolución es el máximo exponente del fracaso nacional, porque iba a ser la sede del Legislativo, pero nunca pudo terminarse.

"El libro refleja lo que somos hoy, puedes encontrar vicios, personajes, incluso formas de diversión que no son tan distintas a las de ahora", señala Rosas. Su libro, agrega, es una "recopilación

anecdótica", porque los artículos habían sido publicados en periódicos en los recientes 22 años.

Pero en esta repetición de historias no es posible acabar el año y salir ilesos. Es decir, sin una idea, sin que sea definitiva, de lo que significa ser mexicanos, en opinión del autor.

"Hacemos las cosas a medias, nos quedamos en el ya merito, fallamos penales...

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