Dosis de Montt

AutorEmmanuel Medina

De cerca, Alberto Montt es afectuoso, tímido y con un asombro sin límites. En sus cartones, Montt se vuelve irónico, ácido y profundamente contestatario al poner, por ejemplo, a Dios y al diablo como una pareja sentimental.

Y es que sus dosis diarias de humor, que le han ganado una legión de fans en toda Latinoamérica que todos los días buscan en su blog sus cartones donde Batman no para de engañar a Robin, o cómo personajes de Star Wars viven situaciones al límite del humor y la parodia han hecho que sus seguidores ya lo llamen "El nuevo Quino".

"Cero posibilidades de ser el nuevo Quino: de partida don Joaquín Salvador Lavado tiene un intelecto inmenso y una mirada de mundo muy lúcida y yo creo que no la tengo", dice con sonrisa de adolescente.

Montt reconoce que el nivel de puertas que Quino abrió al humor es incalculable y de la que él mismo y muchas generaciones se "han amamantado".

"Algo de pensamiento crítico que tenemos es gracias a él", asegura.

Lo que es innegable, dice el dibujante, es que es parte de una generación donde la carga de información es una cascada incontenible que permite que sus metáforas de humor sean más fáciles de reconocer y de divertir: lo mismo sean los personajes del Mago de Oz que son cambiados por Dorothy mediante un nuevo casting o que una boda llegue a impedirla el gran amor de juventud del novio: un control de Xbox.

"En todo caso, muchos de nosotros estamos en reuniones y podemos contar chistes brillantes al nivel de Quino, pero mi única ventaja es que dibujar se ha convertido en una segunda mano y me permite traducir esos chistes imbéciles en dibujos", afirma entre risas.

Esa...

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