DVD Verse / El dolor del recuerdo

AutorErnesto Diezmartínez

Una de las más interesantes películas que, por desgracia, permanecen inéditas en México y que pueden ser rescatadas vía DVD, es Ashes of Time (Dung Che Sai Duk, Hong Kong-Taiwán, 1994), el tercer largometraje del virtuoso estilista del amor y el desamor Wong Kar-Wai. Para algunos la obra maestra de Wong, Ashes of Time está basado en una muy popular novela de artes marciales escrita por Jin Yong, uno de los autores hongkoneses más reconocidos en este tipo de literatura. Según el especialista Kevin Leung, los libros de Jin "idealizan la lealtad y la rivalidad, el honor familiar y el orgullo nacional... (y son) la perfecta cura escapista para la sofocada cultura corporativa de la colonia" (es decir, Hong Kong). "Nadie trabaja en sus novelas, el amor verdadero dura toda la vida, los maestros de las artes marciales pueden derrotar a miles y saltar sobre los árboles, pero siempre se encuentran perdidos cuando se trata de asuntos del corazón".

A primera vista, por este recuento de las tramas de las novelas de Jin, pareciera que Ashes of Time no es más que una precursora de la exitosa El Tigre y el Dragón. Nada de eso: para los que podrían esperar una emocionante película de acción estilo hongkonés, es un filme que decepcionará a los pocos minutos. Para aquellos dispuestos a ser sorprendidos y atrapados por un estilo visual y una gramática narrativa única y original, la película de Wong representa el raro placer de descubrir la obra de uno de los más grandes autores del cine contemporáneo a través de su película más difícil y ambiciosa.

Ashes of Time fue filmada en locaciones de China a lo largo de dos años -en el ínter, de hecho, Wong dirigió Chunking Express como una suerte de escape- y presume un impresionante reparto de estrellas hongkonesas, cada una de ellas aprovechada al máximo en su talento histriónico y en su naciente leyenda. La trama, escrita por el propio Wong, es muy compleja, a pesar de que el filme es muy corto -apenas poco más de hora y media de duración. El director se niega (y nos niega) la facilidad de la linealidad: su historia inicia en un punto temporal específico y a partir de ahí se viaja al pasado, se nos informa que sucederá en tres décadas, flashes de años atrás interrumpen la narrativa, la memoria de algunos personajes trastoca nuestro sentido de orientación, y luego se regresa al inicio del relato o, acaso, no estamos de regreso sino ante una progresión circular que nos lleva a un sitio diferente -temporal, espacial-...

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