Ecos de viaje / Poderío femenino

AutorAdalberto Ríos

En diferentes latitudes se guarda memoria de mujeres que dejaron constancia de sus dotes para cambiar el rumbo de la historia

TRANSFORMÓ AL MUNDO

En el centro de la ciudad de Granada está el monumento conmemorativo del 400 aniversario del viaje de Cristóbal Colón, del escultor Mariano Belliure Gil, realizado en 1892.

Representa el momento en el que la Reina Isabel la Católica concede el permiso a Colón para realizar su histórico viaje a las Indias, con base en las Capitulaciones de Santa Fe, documento que contenía las condiciones para tal exploración.

Llama la atención el realismo de la obra para representar a los personajes, sus vestimentas, la silla gótica y la corona. La actitud respetuosa del explorador ante su majestad, poderosa mujer que en los mismos días fraguaba y lograba la unión de España, la victoria contra los moros, la implantación del catolicismo como única fe, la expulsión de los mudéjares y judíos, el fortalecimiento económico y la expansión del mundo conocido.

DIOSA DE LA ABUNDANCIA

El Imperio Romano abarcó enormes territorios. Su grandeza no se circunscribió únicamente a Italia. En España (Hispania) dejó extraordinaria impronta, destacando Mérida, la augusta ciudad destinada a premiar -con una vida de bienestar- a sus más notables combatientes.

El Teatro Romano de Mérida, en Extremadura, es uno de las más notables edificaciones. Con capacidad para 5 mil 800 espectadores, tiene 13 puertas de acceso, pasillos abovedados, baños, jardines y sitios de culto.

El impresionante escenario tiene dos cuerpos de columnas corintias, de 30 metros de altura y justo en el centro, presidiendo, la escultura de Ceres, deidad femenina de la abundancia, la fertilidad y por ende de la agricultura.

Al llegar el cristianismo, el teatro se abandonó, convirtiéndose en tierra de cultivo. En 1910, comenzó la restauración -que duró todo el siglo 20- y en 1933, volvió a ser teatro y sede del Festival de Teatro Clásico de Mérida, el más antiguo de España, evento anual y magnífica oportunidad para ver revitalizado y en funciones este extraordinario legado de los romanos.

MÁS IMPONENTE QUE SU VESTUARIO

Cuando se palpa la magnificencia de San Petersburgo es inelu-dible percatarse de la huella dejada por Catalina la Grande, la princesa alemana que llegó a Rusia para transformarla.

Elegida para contraer nupcias con Pedro III pronto se percató de la incapacidad de éste, por lo que le arrebató la corona mediante un golpe de estado. Días después, el zar murió...

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