Eduardo Caccia / Intersecciones

AutorEduardo Caccia

Hay libros cuya relectura tiene la magia del recalentado, ese misterioso proceso que hace que el bacalao sepa mejor al siguiente día. En algunos ejemplares, las ideas mejoran con el tiempo, quizás uno las ve con los ojos del camino andado, eso que llamamos experiencia.

Frans Johansson escribió El efecto Medici: lo que los elefantes y las epidemias nos pueden enseñar sobre innovación (2006), cuyo planteamiento es: cuando te paras en la intersección de distintas disciplinas o culturas (vamos, formas de ver el mundo), puedes combinar conceptos existentes en nuevas ideas valiosas. El autor evoca el patronazgo de la poderosa familia florentina que, a través de provocar la intersección de astrónomos, artistas, Papas, arquitectos, militares, religiosos y quién sabe cuántos más, hicieron de su ciudad un epicentro creativo, hasta la fecha una de las épocas más fructíferas y deslumbrantes de la historia, el Renacimiento.

El efecto Medici es entonces una referencia a que el aprovechamiento de la diversidad es potencialmente rico para los individuos, las culturas y las organizaciones. No es casual "la magia" que ocurre cuando hay cruces culturales. San Miguel de Allende y San Cristóbal de las Casas son dos ejemplos de lo que sucede cuando se mezcla lo local con lo extranjero. La "comida fusión" es otra muestra de ello; cuando las personas viajan, aprenden y se entretejen con culturas y tradiciones hasta ese momento ajenas, solo así entendemos el origen de una lasaña al mole o la esencia de un tiradito peruano-japonés.

Una intersección conlleva riesgo, algo hacia lo que el ser humano tiene aversión. Es mucho más fácil seguir tu propia trayectoria (creencia) que pararte y adoptar la intersección de otra trayectoria (otra creencia distinta a la tuya). Las personas no somos, por naturaleza, buenas para evaluar racionalmente riesgos, el factor emocional inclina la balanza. Esto explica por qué una mayoría poblacional puede tomar decisiones de voto durante una elección, que otra parte de la población califica como irracional. Aun y cuando se pudieran demostrar racionalmente las probabilidades de un resultado, se hacen decisiones irracionales, el lado emocional termina por imponerse, frecuentemente gracias al miedo.

Johansson cita a Peter Bernstein, autor de Contra los Dioses: la notable historia del riesgo, sobre una anécdota en Moscú, asediada por el bombardeo...

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