Eduardo Caccia / Entre Hércules y Caco

AutorEduardo Caccia

"A propósito, debo confesarle que estoy pensando seriamente en comerme a su esposa", la cita surgió en mi mente mientras caminaba por uno de los lugares icónicos de la cuna del renacimiento, Plaza de la Señoría. Al ver el balcón central del Palazzo Vecchio, recreé el asesinato del inspector de policía a manos del implacable Dr. Lecter, un psicópata que disfruta comerse a sus víctimas. La película Hannibal, de la novela homónima de Thomas Harris, fue un eslabón más en mi caminata florentina.

Pasos atrás, entre bares de espresso y puestos de periódicos, las primeras planas de los diarios deportivos italianos anunciaban la trágica eliminación de la squadra azzurra y la indignación por la mordida del uruguayo Luis Suárez al italiano Chiellini. Las redes sociales, tribunal masivo de nuestro tiempo, han caracterizado al jugador charrúa de muchas formas, una de ellas, como Hannibal Lecter.

¿Qué provoca una reacción tan instintiva? El caso de Suárez se une a varios episodios más en el deporte donde un jugador agrede escandalosamente. Tyson arrancó un pedazo de la oreja a Holyfield, Zidane fue expulsado de una final de Copa del Mundo por asestar un cabezazo. Estas reacciones primarias y tribales evocan el cerebro reptílico de la teoría de MacLean (si bien rebasada en cuanto a lo anatómico, vigente como metáfora para ilustrar el comportamiento humano).

¿Encierran estas actitudes potenciales criminales en serie? Suárez acumula ya varias mordidas y agresiones, ¿debería la FIFA hacer una prueba de perfil psicológico antes de una competencia mundial, de la misma forma que hace un antidoping?, ¿y si hiciéramos lo mismo en la política, y antes de unas elecciones? Habría notas de impacto: "La mala noticia es que hay un psicópata en el grupo, la buena es que es goleador".

Los psicópatas tienen carisma, inteligencia, frialdad al actuar, falta de remordimiento y sentido de culpa por sus acciones, no tienen miedo, son manipuladores y se ganan la confianza de la gente, son educados, dedicados, tienen un sentido de grandiosidad, se sienten superiores, llegan a tener trabajos estables y su desempeño puede ser notable; al no ser necesariamente violentos, parecen personas normales, como un artista, un director de una empresa, un político.

En el libro La sabiduría de los...

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