Eduardo Caccia / El verbo que somos

AutorEduardo Caccia

Las culturas del mundo son un gran mosaico hecho de las distintas formas de ver y entender la realidad. Viajar es vivir nuestras diferencias. Un viaje paralelo es tratar de entender las razones, no siempre visibles, de esas formas de ser, el entramado oculto que sostiene una cultura y determina el comportamiento de sus habitantes, incluso si estos no son del todo conscientes de esos orígenes.

El psicólogo social Clotaire Rapaille escribió un libro que responde a este tema, El verbo de las culturas, un ejercicio que se vale de estereotipos y clichés para "descifrar" sociedades bajo el entendido que "en cada cultura existe un verbo que funciona como llave para abrir la puerta hacia el inconsciente colectivo". La aproximación de Rapaille no deja de ser simplista y su enfoque muy probablemente quede corto para el especialista en análisis social, pero es un valioso ejercicio para tratar de entender los códigos culturales; finalmente es a través del lenguaje que se manifiesta un sistema de creencias.

Así, el verbo que define a los franceses es "pensar". Descartes es citado con frecuencia: "Pienso, luego existo". Para los franceses es más valorado tener ideas que llevarlas a cabo. Se sienten los padres de la libertad, los derechos humanos, la revolución. Ya que el trabajo es visto con cierto desprecio, como algo para las clases sociales inferiores, no es casual que los galos tengan tantas huelgas. La palabra sabotaje es de origen francés, evoca la falla inducida por parte de trabajadores que no deseaban laborar. Si los japoneses tienen en el núcleo de su identidad las entrañas, y los aztecas lo tuvieron (es discutible) en el corazón, los franceses tienen como núcleo identitario la cabeza, de ahí que inventaran una terrible máquina que decapitaba (y de paso impedía seguir teniendo ideas).

Para los ingleses, Rapaille sostiene que el verbo dominante es "ser". No sólo porque uno de sus eminentes literatos imortalizó en Hamlet la frase "ser o no ser...", sino porque para los británicos lo que cuenta socialmente es ser, no pretender ser. "En Inglaterra, eres o no eres. Lo que hagas o lo que pienses es irrelevante, y no hay nada que puedas hacer al respecto. El resultado es una especie de indiferencia. Si Francia es una idea, Inglaterra es una clase social". Para los holandeses el verbo es "Intercambiar", son buenos comerciantes y por ello intercambiaron...

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