Empresa Internacional/ El modelo de Mondragón

AutorGuillermo Mendoza Tarré

Estos tiempos en que la globalización ha llevado a la preeminencia del rendimiento del capital sobre la creación y el sostenimiento del empleo, existe un caso alentador en el cual se ha logrado llegar a lo mejor de los dos mundos. Es el caso de Mondragón.

La cooperativa de Mondragón se fundó en 1954 por el sacerdote Jesuita don José María Arizmendiarrieta y cinco jóvenes seguidores del sacerdote en esa región del País Vasco, que se caracterizaba por el gran desempleo y la pobre educación de sus habitantes. Su idea inició con la búsqueda de préstamos y básicamente sin un plan de negocios definido. Reunieron el equivalente a 361 mil dólares de su tiempo y adquirieron una pequeña fábrica de calentadores de petróleo, la situaron en la región de Mondragón y nació en esa forma la cooperativa con 24 miembros.

Al inicio de los noventa la cooperativa ya contaba con cerca de 25 mil miembros en un complejo industrial de más de 100 empresas, con su propio banco y con un valor cercano a los 3 billones de dólares.

En ese periodo, Mondragón ha crecido y desarrollado una singular democracia dentro del grupo de trabajadores donde los empleados son los dueños de las empresas, la relación capital-trabajadores se ha invertido y la capacidad de emprender florece a niveles de éxito sin comparación a nivel internacional.

El éxito extraordinario de la cooperativa de Mondragón se basa en 5 principios fundamentales.

El primer principio es la democracia. Cada trabajador tiene un voto. Los trabajadores eligen el Consejo de Administración y éste a su vez elige a las gerencias. Si existe insatisfacción con el trabajo de las gerencias, los trabajadores remueven al Consejo de Administración; además, un Consejo de Trabajadores vigila el desempeño de la alta gerencia.

El sindicato existe, pero con una función diferente a la de una empresa normal, dado que existe alta calidad en la comunicación entre la gerencia y los trabajadores y el necesario balance de poder se da naturalmente.

Este principio permite a los trabajadores saber que si ellos lo desean, pueden reestructurar la administración de la cooperativa. El segundo principio es la estructura financiera. Todos los trabajadores deben invertir dinero propio en la cooperativa. El dinero invertido gana intereses, pero está disponible sólo hasta el retiro del trabajador. Si la empresa falla, ellos pierden, pero si la empresa tiene éxito, ellos ganan en su retiro. El banco fue creado dentro de la cooperativa y es en sí mismo...

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