Empresarios en Crecimiento/ Cómo compartir el poder

AutorCarlos A. Dumois

Analizamos hace poco la lista de las 500 empresas de Expansión buscando las de mayor potencial de crecimiento. Nos dio gusto encontrar muchas de ellas en diferentes entidades del país. Nos dio tristeza encontrar tan poquitas en Jalisco. Nos faltan constructores de organizaciones poderosas.

El liderazgo es el factor crítico del desarrollo de cualquier grupo humano. Es líder el que va por delante, marca la pauta a otros, los estimula y dirige hacia una meta, pero sobre todo el que comparte el poder y facilita los diversos elementos para ejercerlo.

No es auténtico líder el que resta poder a los demás para asumirlo él mismo, o el que divide, siguiendo el conocido adagio: "Divide y vencerás". Estos son más bien dictadores o agitadores, pero no líderes.

Si el liderazgo tiene que ver con la capacidad de una persona para hacer poderosos a sus colaboradores, gracias a analogías con algunas operaciones matemáticas podemos clasificar a los líderes en cinco diferentes categorías, sin pretender por ello etiquetarlos; más bien nos interesa comprender las diversas posibilidades que tenemos en cuanto al manejo del poder.

Supongamos que un directivo tiene una capacidad de 100, medido en cualquier unidad, y que quiere compartir el poder con un colaborador que tiene una capacidad de 20, medido en esas mismas unidades. El resultado del trabajo conjunto de los dos dependerá de cómo se ejerza el liderazgo.

Hay dirigentes que dividen. Son los conflictivos, enredosos, maquiavélicos, que utilizan a los demás para sus interesas personales. Dividen de tal forma que nulifican el potencial de otros. Por ejemplo, "El Mosh", autonombrado líder del movimiento de la UNAM, tuvo la capacidad de crear discordia, de poner a unos contra otros anulando el poder aun de muchas autoridades: ¡de hacer perder un año a 300 mil estudiantes! Así, siguiendo la analogía matemática, en una combinación de poderes de 100 y 20, este líder es capaz de lograr que el resultado sea menor a la suma de los dos; incluso puede terminar siendo de 5, si dividimos 100 entre 20; o menor que uno, si dividimos 20 entre 100.

Los agitadores profesionales, algunos representantes sindicales, ciertos miembros desintegrados de empresas familiares, o dirigentes malintencionados dentro de cualquier organización, caen dentro de esta categoría.

Hay otros líderes que restan. Son desconfiados y temerosos. No es que dividan y creen conflictos, pero tampoco saben sumar. Limitan el crecimiento de los demás porque parte...

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