Encuentra tapatía su oasis sonoro
| Autor | Corina Preciado |
El sonido como un concepto o como un camino para hacer preguntas es la materia prima de lo que se ha dado en llamar arte sonoro.
El proyecto Oasis Sonoro, que se encuentra en la explanada del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México desde el 28 de septiembre, es un escaparate del trabajo de 12 artistas que experimentan con la acústica.
Luz María Sánchez es la única tapatía incluida en el cartel que formaron los curadores Andrew Chettty del Reino Unido y José Wolffer de México, según dio a conocer Oasis Sonoro a través de un boletín de prensa.
Sánchez participa con la obra titulada "4.20.2004", que también incluye a creadores como Rogelio Sosa, Guillermo Galindo y Salvek Kwl, entre otros.
Para la realización de la pieza se llevaron a cabo grabaciones en el lugar donde se expone. Posteriormente, el material fue editado y procesado, dando como resultado un paisaje sonoro que, según su creadora, permite que el espectador le preste atención a los sonidos que regularmente lo acompañan y a los que generalmente no toma en cuenta.
"'4.20.2004' es un patrón sonoro creado a partir de elementos acústicos propios del área. Son dos las ideas puestas en juego en esta pieza: la posibilidad de experimentar, en un espacio público, con frecuencias a escala humana que fueran percibidas a través de todo el cuerpo; y el elaborar una propuesta que incorpore variaciones sonoras sutiles, y que juegue con elementos plenamente identificables", explica Sánchez.
"'4.20.2004' apela a la fuerza de sonidos en su estado sólido , y requiere de la complicidad del espectador para intensificar la experiencia de un espacio donde el paisaje es deconstruido y vuelto a armar en paralelo, con elementos tan disímbolos como los que pueden ser encontrados cualquier día alrededor del Palacio de Bellas Artes".
Este trabajo forma parte de la exploración acústica que Sánchez ha hecho desde su participación en Radio Universidad de Guadalajara, en donde dice haberse encontrado con las posibilidades infinitas del fenómeno sonoro.
Su contacto con profesores y artistas europeos que participaban en una radio alemana, que promovía el arte experimental con sonido, le apasionó, y permitió que a partir de 1996 siguiera este camino que la ha llevado a exponer en lugares como Egipto, España, Francia y Estados Unidos, entre otros.
"Se abre una puerta en el sentido de que radio no tiene que ser necesariamente términos periodísticos, términos de radio drama o una radio que programa música, que el...
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