Un enlace con estilo

AutorClarisa Anell

El Príncipe Alberto II y la ahora Princesa Charlene de Mónaco le devolvieron ayer la elegancia al Palacio de los Grimaldi, que no veía una boda desde hace 50 años.

Con un Patio de Honor transformado en iglesia, adornado con guirnaldas de rosas, hortensias, orquídeas blancas, lirios y porteas, flor típica de Sudáfrica, todo diseñado por Christian Carlesi-Sorasio, dio inicio el enlace religioso, un día después de la boda civil.

Al centro fue colocado el altar y alrededor una banda sonora, alfombras rojas, 900 sillas y butacas blancas grabadas con las armas de los Grimaldi, así como una lámpara de araña suspendida de la cúpula celeste.

La ex nadadora sudafricana, de 33 años, deslumbró a los 825 asistentes al aparecer con un vestido nupcial confeccionado por su amigo personal Giorgio Armani, con un velo y cauda de 20 metros de largo.

Del brazo de su padre Michael, Charlene arribó al lugar, donde ya la esperaba el Príncipe, de 53 años, vestido con el uniforme de verano de Coronel del Cuerpo de Carabineros.

Al lado de la pareja, Chris Le Vine, primo hermano de Alberto por la línea materna, y Donatella Knecht de Massy, sobrina política de Alberto, ejercieron de padrinos, mientras que los seis pajes fueron niños procedentes de poblaciones próximas al Principado, quienes vistieron con el traje típico de la región.

Aunque la ceremonia oficiada por el Arzobispo de Mónaco, Bernard Barsi, fue bajo el rito católico, antes de iniciar el padre Carlo Adams pronunció algunas palabras en áfrikaans, uno de los idiomas que se hablan en Sudáfrica.

Cuando el Arzobispo preguntó a los novios si se aceptaban como legítimos esposos, Alberto respondió apresurado: "Acepto".

La pareja intercambió anillos de Cartier de una aleación blanca de oro-platino de 18 kilates, pero Alberto se equivocó de mano al poner el anillo primero en la mano derecha de su esposa, antes de rectificar y ponérselo en la mano izquierda.

La parte musical corrió a cargo de la cantante sudafricana Pumeza Matshikiza, quien entonó el himno "Click Song", y de los tenores Andrea Bocelli, con el "Ave María", y Juan Diego Florez, que entonó el "Rejoice Geatly, O Daughter of Zion", del Mesías de Händel.

Al salir del Palacio, los Príncipes fueron recibidos por una lluvia de pétalos de rosa y aplausos, y, tras la bendición, abordaron un convertible Lexus LS 600h L para recorrer las calles y saludar a miles de monegascos.

La pareja se dirigió a la iglesia de Santa Devota, patrona de Mónaco, para ofrecer el...

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