Enrique Krauze / El redentor enfermo

AutorEnrique Krauze

Durante el frustrado golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, una anciana portaba un cartel con estas palabras "Devuélvanme a mi loco". Una parte considerable de los pobres en Venezuela ha agradecido siempre a Chávez su vocación de ayudarlos, la atención que les ha puesto, las "Misiones" que estableció desde 2003 (principalmente con personal cubano) con el objeto de bypassear al Estado en la provisión gratuita e inmediata de salud, alimentos y educación. Si bien muchos de sus programas de atención a la pobreza han fracasado, el monopolio de la verdad pública (que goza Chávez tras haber nacionalizado los principales canales de televisión abierta) ha disfrazado esos fracasos, ha ocultado el increíble dispendio de los 700 mil millones de dólares que han entrado a las arcas de la empresa estatal de petróleo PDVSA (que alguna vez fue un ejemplo de modernización, por encima de Petrobras), y ha enmascarado la opacidad y la corrupción de la elite adicta a Chávez.

Lo cierto es que el País atraviesa por una severísima crisis: los niveles de inflación son los más altos del continente; la deuda pública es de 100 mil millones de dólares; hay una aguda carestía de alimentos básicos, electricidad, cemento y otros insumos primarios (todo como producto de las masivas expropiaciones a los productores privados, la ineficacia y corrupción de los nuevos administradores públicos, y la inseguridad, la más alta del continente). Un ejemplo entre muchos ilustra la situación: el fraude de las viviendas. En 2006, el gobierno de Chávez contrató con unas supuestas empresas iraníes la construcción de 10 mil viviendas. Desde entonces, esas empresas parecen haberse evaporado. La obra debió estar lista hace dos años, pero no hay rastro de las casas. ¿Dónde están esos recursos? Quizá nunca se sabrá. Chávez ha diferido la bancarrota de su país y la de su aliado mayor, Cuba, con el recurso providencial del petróleo.

El designio personal de Chávez (su biografía, no olvidemos, es la de Venezuela) era permanecer en el poder hasta 2030, su cumpleaños 76 y el 200 aniversario de la muerte de Bolívar. De pronto, para estupor general, el caudillo postmoderno ha enfermado de cáncer. El estupor mayor debe ser el suyo: Chávez ha hablado siempre sub specie aeternitatis, como un redentor más allá de las contingencias de la historia. Desde hace unas semanas, cobijado por la paternal presencia de Fidel Castro, prematuramente Chávez enfrenta su condición mortal. Y no es cualquier hombre el...

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