Entrevista / David Byrne / Cavilar sobre ruedas

AutorJesús Pacheco

Los últimos 30 años, David Byrne (1952, Escocia) ha convertido su bicicleta en una ventana panorámica desde la que ha visto pasar buena parte del mundo, lo mismo en sus recorridos cotidianos por Nueva York, la ciudad en la que vive, que a su paso por ciudades de todo el orbe, por las que ha transitado en sus giras de trabajo.

Y esas giras no han sido pocas. Primero fueron como parte de Talking Heads, la banda que encabezó entre 1974 y finales de los 80; luego, en plan solista difundiendo sus diversas exploraciones sonoras (la más reciente, al lado de Fatboy Slim, dio como resultado un disco conceptual inspirado en la vida de Imelda Marcos) y, más tarde, como artífice y guía del sello discográfico Luaka Bop.

Han sido tantas las andanzas en bicicleta acumuladas por Byrne en todos estos años de promotor musical y artista que, en algún momento, Scott Moyers, su agente literario, le sugirió que podían funcionar como hilo conductor para un libro. Le gustó la idea. Dos libros servirían como detonador a la hora de planearlo: Los Anillos de Saturno, de W.G. Sebald, y Verdad Tropical, de Caetano Veloso. En uno, un paseo por la campiña inglesa sirve como pretexto para hilvanar anécdotas y reflexiones; en el otro, los recuerdos del movimiento tropicalista sirven como punto de partida para reflexionar sobre diversas cuestiones. De ambos libros le gustó a Byrne que se iban por las ramas.

Hoy, aquel libro sugerido por su representante llega al español: Diarios de Bicicleta (Sexto Piso). En él, Byrne ha vertido fragmentos de su diario de viajes, sentimientos, reflexiones e ideas, que vieron la luz en su momento a manera de blog y muchos de los cuales, asegura, se le ocurrieron mientras viajaba en bicicleta por alguna ciudad.

Y mientras llegaba la ocasión de cavilar sobre ruedas en Guadalajara, donde participará el martes en una conferencia, pedimos que nos respondiera algunas preguntas sobre su relación con la bicicleta y las ciudades que ha pedaleado.

"Espero que la gente se dé cuenta de que en realidad no es un libro sobre bicicletas, como el libro del Che tampoco es un libro de motocicletas", dijo cuando pedimos que mencionara la vida que desea para Diarios de Bicicleta.

"Quiero que el libro dé un sentimiento de optimismo respecto a dónde vamos, cultural y socialmente, y el tipo de ciudades que podemos crear, sobre qué tipo de cultura pueden contener y sobre lo que otros lugares alrededor del mundo han hecho".

Desde su bicicleta ha visto pasar buena...

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