Entrevista / Priscilla Franco / Con sed de justicia

AutorMartín Aquino

Priscilla Franco Barba, de 29 años, es diputada local del partido Movimiento Ciudadano (MC) por el Distrito 14. Considera que no es una mujer que se quede callada, sobre todo si se trata de violencia de género.

Nacida en Cuernavaca, Morelos, y registrada en Valle de Guadalupe, Jalisco, la legisladora con estudios de Derecho y ex titular del Instituto de la Juventud en Guadalajara, se presume como una persona que está en contra de la injusticia.

Hablando de violencia de género ¿denunciaría si fuera víctima de agresión?

Sí, no soy alguien que se queda callada, siempre digo lo que pienso en cada espacio donde estoy; tendría que hacerlo no solamente por mí, sino por las demás mujeres que en algún momento pudieran llegar a sufrir violencia.

¿No se queda callada?

No, porque mi convicción siempre ha sido la justicia, yo únicamente quiero que sea lo que debe ser, no más, no menos; y eso es en todos los sentidos, si algo está mal hay que decirlo, cuando las cosas no son correctas o, incluso, cuando algo nos haga sentir violentadas.

¿Ante qué situación Priscilla no se ha quedado callada?

Cuando estábamos en el proceso de reformar la Ley Orgánica del Congreso, fui una de las voces que dijo que no se eliminara la Comisión de Pueblos Originarios; cuando se tienen que decir las cosas, hay que decirlas.

¿Qué tan explosivo puede ser su carácter?

Siempre he creído que es más fácil destruir que construir. Cuando digo las cosas siempre pienso que debe ser en el sentido de apoyar a construir algo, pero por supuesto que a veces exploto y me enojo, y tengo todo tipo de emociones.

¿Qué significó para usted la extinción del Instituto de las Mujeres?

En el fondo sabía y creía que algo mejor venía para las mujeres, definitivamente lo creía si no nunca hubiera aprobado esa iniciativa; creo que poco a poco se irán viendo los resultados, y estamos en toda la disposición de seguir construyendo con las mujeres.

¿Por qué decidió ser abogada?

A mí me mueve mucho la sed de justicia. Desafortunadamente tuvimos en mi familia una experiencia donde yo considero no tuvimos una buena representación, una buena defensa; y, en ese momento, yo estaba en preparatoria y decidí que quien se acercara a mí nunca iba a tener la experiencia que nosotros habíamos tenido.

¿Qué fue lo que padeció su familia?

Mi papá estuvo en un juicio, le cometieron un fraude y, entonces, nunca tuvimos justicia; para nosotros...

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