Entrevista / Tomás López Rocha / El gigante y el plural
| Autor | Pedro Mellado |
· Recuerda cómo su padre desarrolló con creatividad y calidad la empresa
· Expone las razones por las que Canadá tropezó y se dio el cierre
· Comenta su afición por los autos y su vínculo con Andrés Manuel
Habla con emoción de su padre, un gigante del empresariado jalisciense que construyó el emporio que fue Calzado Canadá, el que asegura fue devastado por la crisis económica de 1994-1995 y por la mala gestión de los bancos que se apropiaron de la mayoría de las acciones, al negarse a renegociar adeudos.
Se emociona cuando recuerda las virtudes de su padre, quien tenía enorme talento para diseñar y promover sus productos.
Recuerda su afición común por las carreras de autos, que llevó a su padre a competir en cinco rutas panamericanas, entre 1950 y 1954, mientras que él, entre los años de 1972 y 1992, corrió profesionalmente y ganó en Estados Unidos la Categoría IMSA Prototipos en 1990. Vivió la emoción de correr las célebres 24 Horas de Le Mans y las 24 Horas de Daytona. Después de 18 años de retiro regresó a las competencias y ha ganado las dos últimas ediciones de la restaurada Carrera Panamericana. Su hermano Aurelio también transitó esa ruta algunos años.
Fue presidente del Centro Empresarial de Jalisco. Es ahora un pintor profesional, que ha hecho exposiciones en Europa y en casi todo el Continente Americano. Es un empresario constructor que los años recientes se ha involucrado en la política, muy cercano a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y a Andrés Manuel López Obrador.
Tomás López Rocha, quien nació el 30 de noviembre de 1953, vive en plenitud su vida junto a su esposa Mónica Águila, con quien tuvo cuatro hijos: Mónica, María José, Tomás y Andrés. Lleva en su corazón el entrañable afecto por sus hermanos Sandra, Lucía, Teresa, Marcela, Carmen, Gabriela, Aurelio y Laura. Y recuerda con emoción a la gran señora que fue su madre, doña Enriqueta Rocha de López.
DON SALVADOR
Mi padre, don Salvador López Chávez (quien nació en 1915 y falleció en 1976) era muy apasionado en todo lo que hacía y en el negocio que él desarrolló había mucha creatividad, le encantaban las máquinas, modificarlas, escucharlas trabajar, estar siempre a la vanguardia en tecnología. Siempre puso mucho énfasis en la mercadotecnia. Él llegó a la industria por mi abuelo Aurelio López Núñez, quien hacía zapatos sobre medida, en la década de los años 30.
Cuando llega mi papá de sus aventuras, de haber sido bracero, trabajador de la fundición, de laborar en la construcción de carreteras y hasta de fotógrafo en La Alameda de la Ciudad de México, se hizo cargo del taller de mi abuelo. Lo primero que hizo mi papá fue comprar maquinaria y contratar gente, pero el éxito fue ponerle un nombre comercial, una marca. Originalmente el taller de mi abuelo...
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