Ernesto Sánchez Proal / Otra verdad incómoda

AutorErnesto Sánchez Proal

La compasión es una necesidad, no un lujo. Sin ella, la humanidad no podrá sobrevivir"

S.S. Dalai Lama

Impresionante noticia. MURAL reporta el 10 de febrero que en Nueva York fueron rescatados más de 3 mil gallos de pelea, en redadas realizadas por la Policía con la ayuda de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad a los Animales.

De acuerdo con lo reportado, el fiscal Eric Schneiderman comentó que "las peleas de gallos son una práctica cruel, abusiva y bárbara que tortura a los animales...". Vaya, años -siglos- luz de avance social versus lo primitivo de, desafortunadamente, grandes sectores de la sociedad en México, en donde no sólo se admiten sino que se promocionan y son inclusive fuente de ingresos turísticos espectáculos degradantes como torturas de toros y peleas de gallos.

Ferias completas alrededor de la crueldad. Y cuestionables justificaciones que van desde la tradición, la cultura y ¡hasta el "arte"! Analizándolo de manera objetiva, los principios de la moral y el comportamiento ético hacia los otros evolucionaron en el hombre como parte integral de la convivencia en grupos, por lo que de manera natural los aplicamos a seres afines, similares (el "prójimo" de los Evangelios cristianos).

Pero no a seres diferentes: de hecho muchos actos de odio y violencia se justifican en la mente del agresor, pensando que la víctima es diferente (de otra tribu, religión, orientación sexual, etcétera). Es por lo tanto difícil para mucha gente el considerar dignos de respeto a animales que parecen tan diferentes e inferiores a los humanos, como un toro y mucho más aun a un gallo. De hecho muchas personas que muestran un comportamiento ético ejemplar ante la sociedad humana, disfrutan de los espectáculos de crueldad animal -desde curas hasta empresarios-.

Sin embargo, existe cada vez más evidencia de que otros animales, de especies diferentes a la nuestra, tienen niveles de inteligencia muy superiores a lo que se conocía hasta hace pocos años e incluso muestran sentimientos de empatía hacia otros miembros de su especie. Y esto no se limita a los primates superiores o a los mamíferos. Por ejemplo, se han documentado extensivamente casos de aves, como el...

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