Ernesto Sánchez Proal / Software nacional

AutorErnesto Sánchez Proal

El último número de la revista "Expansión" tiene como artículo de portada el tema de la industria del software en México, con el argumento de que aquí hemos superado a la India en este nicho. No se discutirá en esta columna la exactitud del argumento que presenta la revista citada, pero hay que reconocer que esta industria ha crecido significativamente en los últimos años en el país, en específico en regiones como Jalisco.

Es pertinente presentar un tema que constituye un inhibidor para que esta industria se fortalezca, apoyada por empresas mexicanas. Y vaya que nos hacen falta historias de éxito industrial en México, pero sobre todo nos hacen falta alternativas de desarrollo que permitan dejar de depender de mano de obra barata y recursos naturales no renovables; esto es, migrar a una economía basada en "mente de obra" en lugar de "mano de obra", y el software presentaría una de estas grandes oportunidades.

Uno de los inhibidores para el desarrollo de esta industria en nuestro país lo constituye, por increíble que parezca, la mismísima Ley de la Propiedad Industrial en México. En su forma actual, esta ley fue decretada por el Presidente Carlos Salinas de Gortari en 1994 y su última reforma se publicó en el diario oficial el 6 de mayo del 2009. En el cuarto inciso de su artículo 19 prohíbe, expresamente, el otorgar un registro de patente a programas de computación.

La gente que en México tenga la preparación y creatividad suficiente para diseñar un programa de cómputo y quiera proteger la propiedad intelectual de su producto (código) tendrá que conformarse con el recurso de "registro de derechos de autor" que, por cierto, otorga la Secretaría de Educación Pública a través del Instituto Nacional del Derecho de Autor y no el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, y es el mismo tipo de "protección" que se aplica a obras literarias, pinturas o fotografías.

En México, un cuento o una foto tienen la misma protección que el software. Sin embargo, quienes entienden de programación saben que no es difícil cambiar algunas líneas de código sin alterar en lo fundamental la funcionalidad del programa, consiguiendo una "obra" diferente en la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR