Es lluvia regalo inesperado

AutorRicardo Feregrino

Desde la casa de los Delgado Martínez las antenas del Cerro del Cuatro ya no se ven como alfileres, apenas están a unos metros.

Desde el 382 de la brecha Constitución, porque no es calle, en donde viven los cinco hijos de Juana Martínez. Los que sí se ven como alfileres son los edificios y las industrias que se dibujan en el panorama de Guadalajara.

La madre de familia afirma que tiene 11 años viviendo en el Cerro del Cuatro y 3 específicamente en Constitución.

Juana está contenta por la tormenta que azotó el miércoles en la madrugada a la Perla Tapatía, pues logró llenar su aljibe y su pequeño depósito con las mangueras que conectó al techo de su casa.

La mamá de "El Pollo", como le dicen a Hipólito, de 3 años, de Uli, Ulises, de 7, de Rita, de 9, y de Julisaygón de un año, explica que el depósito que existe a una cuadra de su casa, hacia abajo del cerro, es hasta donde llega el agua entubada.

Juana señala que les cobran el agua, 10 pesos por seis meses para lavar su ropa y como todas las señoras se juntan a lavar el ambiente es muy pesado, por eso no baja a lavar.

Por eso lava los trastes, riega las plantas y lava lo indispensable, como la ropa interior y las calcetas, con agua de garrafón.

Cada mes o cada dos meses, compra un pipa que le llene el aljibe, la última que pidió fue en abril o mayo.

"Mareándolo, mareándolo me dura como dos meses", afirma Juana, que se refiere a cuidar el agua cuando dice marear.

La casa donde vive se las prestó el patrón de su esposo, quien trabaja picando piedra en una fábrica.

Además en la casa de Juana viven cinco perros, palomas y gallinas.

"También son (los animales) de darles agua y cuidarlos", explica.

Cuando llueve, Juana se alegra porque habrá más agua, pero sabe que esa zona en la punta del Cerro del Cuatro queda como si hubiera sido arrasada por un cataclismo.

"Horrible, de aquí así", y señala la calle, "se van piedras y un lodazal, se me mete a la casa", comenta.

Desde que llegó hace tres años a su casa, ha escuchado que ya se les pondrá drenaje y tubería de agua, pero lo comenta como algo que ya es parte del paisaje.

"De la tubería de agua dice, dicen y vuelven a decir que van a subir los tubos para arriba....", y se queda callada, emulando con el silencio con el que termina de hablar la desatención de las autoridades.

Juana disfrutó la tormenta del miércoles como un regalo no esperado, pues la temporada de lluvias llega a su fin y con ella la...

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