Etica Empresarial/ Empresa familiar, ética y conflictos
| Autor | Gonzalo Rivero Torrico |
Las situaciones que crean conflictos de tipo ético pueden ser clasificadas en la forma que sigue, haciendo la advertencia de que la lista no es exhaustiva ni son exclusivamente imputables a la empresa familiar, ya que se presentan en mayor o menor escala en otras empresas, así como en el Gobierno, en las universidades, en los clubes, en las fundaciones y en cualquier otro tipo de organización.
Una primera causa de conflictos y problemas es la resistencia al cambio. Se escucha con mayor frecuencia en las empresas familiares que en otras empresas frases como "así lo hemos hecho siempre". Muchas veces los directivos se resisten a considerar siquiera nuevas técnicas que podrían ayudar a sus empresas a producir más y con mejor calidad. Estos ejecutivos parecen ignorar que cada día existen avances impresionantes en todos los ramos de la actividad empresarial y que, si el empresario simplemente da la espalda a estas innovaciones, sus productos serán más costosos que los de los competidores, sus procesos productivos serán más dilatados, su capacidad productiva será menor y la calidad de los bienes o servicios que produce seguramente será inferior también.
Otra causa de conflictos, que se presenta con bastante frecuencia en las empresas familiares, es el llamado síndrome de inseguridad, que se caracteriza porque quienes están en los puestos de mayor jerarquía en el negocio muestran una clara tendencia a contratar personal de mandos intermedios con calificaciones menores a las deseables, con el propósito real o aparente de no sentirse menos ante ellos o, en ocasiones, simplemente porque se pone en práctica una economía mal entendida al decidir no pagar los sueldos que demandaría un ejecutivo de mayor calificación. El resultado esperado es un crecimiento menor para la empresa y la carencia de personal que pudiera ser promovido a puestos de mando en el futuro.
Aun teniendo mandos intermedios capacitados, existe en las empresas familiares, con mayor frecuencia que en las administradas profesionalmente, el síndrome de la resistencia a delegar, caracterizado por una concentración del poder y de la capacidad de tomar decisiones en los mandos superiores. En estos casos se puede percibir una menor motivación en el personal que, sintiéndose capaz, percibe que se le posterga en su carrera, lo que generalmente origina una frustración que muchas veces los impulsa a buscar otros horizontes. La empresa pierde en esta forma elementos prometedores.
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