Experiencia total
| Autor | Rebeca Pérez Vega |
Jesús Guerrero Santos (San Martín Hidalgo, 1939) hizo una búsqueda exhaustiva. Tardó 50 años en llegar a la artesanía, pero el encuentro ha sido duradero: ahora festeja 80 años de vida y 30 como uno de los exponentes más representativos del arte popular jalisciense.
Antes de dedicarse a la cerámica recorrió un largo camino. Primero estudió algunos semestres de arquitectura, luego quiso ser sacerdote y después cursó ciencias de la comunicación, que mezcló con su gran amor por el cine.
"Me ha significado mucho cumplir 80 años, empecé a los 50 años en el que hoy es mi trabajo y mi pasión. Hay quien encuentra inmediatamente y hay a quienes nos costó trabajo quizá por suerte o por la forma de ser; hubo momentos de no encontrarme, a veces difíciles, en los que estaba en un trabajo que me apasionaba, pero había una voz interior que me decía 'búscale, todavía no'", relata.
Fue a los 50 años que tuvo un encuentro muy significativo con el barro. No lo pensó mucho. Se dedicó a la cerámica, estableció su taller en Tonalá y desde entonces el camino lo ha llevado a hacer piezas para El Vaticano y para la visita del Papa Benedicto XVI a México. También ha expuesto sus piezas en distintas cumbres y foros internaciones, así como en museos y galerías de México, Estados Unidos y Europa.
"Definitivamente encontré lo que buscaba, la vida fue muy generosa conmigo. Aunque se me dificultó encontrar, una vez que lo hice creo que me dije: 'no hay más, a trabajar'. Empecé a leer, investigar, a sentir la responsabilidad que se tiene cuando encuentra uno lo que busca.
"Podría estar en algo relacionado a mi carrera, pero no, tenía que encontrar reconocimiento, por eso me gusta lo que hago, creo que mi parte vanidosa está realizada y vale la pena escuchar el aplauso, pero no hay nada gratis en la vida, hay que buscarlo", narra.
EL OFICIO
En su taller es donde ocurre la magia. Ahí es donde les da forma, delinea los patrones de sus piezas a lápiz y, junto con su equipo, revisa que cada obra tenga la forma ideada. La alquimia no siempre se conjura como pensó y a veces ocurren accidentes que guarda en una de las vitrinas de su oficina para no olvidar lo que se aprende de los errores.
"Para mí, establecer una relación con todo mi equipo y producir juntos es un enorme gusto, es como sentir el trabajo de un director de una gran orquesta; estar en medio de la gente trabajando, ha sido un placer y también lo ha sido experimentar, conocer más del oficio porque todavía hay más".
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