'Fallaste Corazón...'

AutorIvonne Melgar

Mural/ México

No quiso tomarse la foto con los policías. Por eso llegó después, cuando la mancha gris regresaba a sus cuarteles.

Quería entrar por la puerta grande, pero otra trifulca se lo impidió, la del ojo perseguidor del videoespectáculo que lo obligaría, cual actor de historia novelada, a su primer recorrido por el trecho verde de la Universidad ofendida, como minutos antes la llamó el subprocurador Everardo Moreno en el acto simbólico de entrega de instalaciones.

Era un Rector sin alegría, sin camino libre, sin puente para esa reconciliación universitaria prometida. Sin embargo, él ofrecía reforma y reconstrucción en sus respuestas ante cada acecho de cámaras y micrófonos en busca de la frase exclusiva para el teleauditorio y los radioescuchas.

Por eso, tras huir de los reflectores, ingresó por el acceso subterráneo, al fin, a su empolvada oficina en el sexto piso de la rectoría. Encendido el rostro, traslucía enojo, desencanto. Entraba, sí, por la puerta de atrás, por el estacionamiento, sin valla ni porras.

Por eso no pudo atestiguar cómo se abrían en el campus los primeros flancos de la UNAM dividida.

Tampoco supo de la bandera rojinegra en llamas que, con mariachi, celebraban en Derecho. Ni de la revancha figurada que con el mismo recurso de desagravio emprendieron los suyos, los de Medicina, la facultad que a inicios del sexenio lo vio irse a formar parte del gabinete presidencial.

Los antiparistas habían regresado, casi 300 días después, y enmedio de su alegría, de la que no cesaban de hablar los medios electrónicos, la herida del puma comenzó a supurar, adentro y afuera de su casa.

En los pasillos como en las oficinas, en Ciudad Universitaria como en el metro, en las aulas como en las avenidas, en los restaurantes como en las empresas, los involucrados y los espectadores pintaban su raya: sí, no, excelente, qué tristeza, se lo merecen esos revoltosos, no se vale el uso de la fuerza, ¿había de otra?, este Gobierno se pasa, son jóvenes idealistas, son unos vándalos...

Salpican el día las opiniones divididas sobre una Universidad dividida en un país dividido, y en el casco universitario, a unas horas de su devolución policiaca, se desencadenan en imágenes, en señales de alarma del ánimo que viene en la UNAM de la poshuelga.

En diferentes puntos de CU, la que fue territorio de las botas de la Policía Federal Preventiva durante 72 horas, humean y se carbonizan los restos impresos de la protesta estudiantil: son carteles, mantas...

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