El 'fantasma' tras Edicom

AutorMURAL - Staff

MÉXICO.- Eduardo Felipe Moisés Salomón fue identificado en 2012 como el cabecilla de Edicom, la firma vinculada a una red delictiva que administraba empresas virtuales.

Por una denuncia anónima de un supuesto contador de Edicom (Edificaciones, Ingeniería, Construcciones y Materiales), la PGR tuvo conocimiento que en junio de 2012, otra compañía, Comercializadora y Distribuidora Suri, había enviado 100 millones de pesos en efectivo a este grupo empresarial, en una oficina de Insurgentes Sur 1449, Colonia Insurgentes Mixcoac.

La PGR cateó al inmueble la mañana del miércoles 4 de julio, con decenas de infantes de la Marina y agentes de la Policía Federal fuertemente armados, así como funcionarios del SAT y la SEIDO. Pensaban que iban contra una organización que lavaba dinero al narco.

Se aseguraron 3 millones 933 mil 150 pesos, 150 euros y 8 mil 250 dólares, dinero que en conjunto equivale a 4 millones 44 mil 721 pesos, así como por lo menos 16 computadoras que fueron primeramente trasladadas al Centro de Mando de la PF, en Iztapalapa.

Al entrar a una de las oficinas, los marinos encontraron sentado en su escritorio a Moisés Salomón.

"La están regando", les dijo, según recuerda un funcionario.

Moisés tomó su teléfono y llamó a contactos políticos. Buscaba llegar a la entonces Procuradora Marisela Morales.

Los militares con pasamontañas y armas largas no lo intimidaron y, por el contrario, decía en tono de advertencia que tuvieran cuidado con lo que hacían, recuerda uno de los presentes.

De acuerdo con datos de la PGR, Eduardo Moisés fue el primero en ser declarado por la SEIDO, lo hizo como testigo, y el mismo día interrogaron en la misma calidad a Salvador Campillo Talavera, representante de Publicidad y Mercadotecnia Creativa PYMC, y un sujeto de nombre Ricardo Tejeda Guerrero.

También a Gloria Mireya Beltrán Árcega, secretaria general en el Estado de México de "Factor Ciudadano", una agrupación política nacional registrada ante el Instituto Federal Electoral.

Los únicos que fueron interrogados por la SEIDO como indiciados fueron Hugo Alberto Grande Lizárraga y Alberto Grande Vidaurre, los operadores de Suri y Edicom.

Para las autoridades, Moisés era el hombre clave en el manejo de las empresas, pero su nombre no apareció en ninguna de las actas constitutivas ni en ningún registro fiscal.

"Tuvo el cuidado de no involucrar su identidad con el negocio, aunque los titulares de las empresas fueran sus empleados y choferes", dice un funcionario.

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