¿Tienes feria? / Lo indispensable

AutorJosé Israel Carranza

Las palabras del ganador del Premio FIL nos recuerdan algunas verdades cardinales.

El discurso que pronunció David Huerta al recibir el Premio FIL deberá contar como uno de los más luminosos y necesarios en la historia de este galardón. Al comenzar por convocar las presencias de los poetas que lo han recibido antes, como para pedirles permiso de recibirlo él también, y al concluir con una conmovedora relación de las diversas gratitudes que debía hacer, Huerta condujo sus palabras por una ancha calzada hecha de humildad y maravilla, y en el recorrido dejó absolutamente claro por qué la poesía es absolutamente indispensable, sobre todo en un presente que para muchos, aquí y ahora, es un «mundo de dolor».

Ya con este discurso yo tuve suficiente para que esta FIL se me vuelva memorable. Porque, además -ni modo, voy a pecar de groupie, pero para eso es para lo que uno tiene suerte en la vida: para presumirla-, resulta que David Huerta ha sido mi maestro desde hace muchos años. Y verlo ahí, feliz y recordándonos verdades cardinales, me emocionó muchísimo.

La ceremonia de inauguración, aunque soporífera como todas -salvo por el momento reservado a la entrega del premio-, tuvo sus momentitos morbosones. Por ejemplo, cuando el Licenciado no desaprovechó para repartir algunos codazos entre los funcionarios federales presentes: se vio que ha debido batallar para que...

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