Rafael Fernández de Castro / Albert Gonzales: Abogado General de Estados Unidos

AutorRafael Fernández de Castro

El sueño americano. Al Gonzales, como se le conoce, o Fredo como lo apoda el presidente Bush, es hijo de migrantes mexicanos muy humildes. Sus padres se conocieron trabajando en actividades de agricultura en Estados Unidos. Al creció en una humilde casa en San Antonio, Texas, sin agua corriente y desde luego sin aire acondicionado. Allí vivieron, en dos habitaciones, los ocho hermanos, con un padre que se dedicó a la albañilería y al alcohol, y una madre abnegada y dedicada a los niños. Al, competitivo en los deportes desde muy joven, fue el único de sus hermanos que llegó a la universidad. Para sortearse sus estudios ingresó a la fuerza aérea, y puso tanto ahínco que logró ingresar a la escuela de derecho de la universidad de Harvard.

Cuando era ya un joven y exitoso abogado corporativo en Houston, Texas, los reclutas del gobernador de Texas, George W. Bush, le echaron el ojo. Al se le pegó a Bush y sucedió a Tony Garza como secretario de estado de Texas. Después, Bush lo nombró juez de la suprema corte del estado, donde permaneció poco tiempo pues acompañaría a su jefe a la Casa Blanca, como el abogado de la presidencia.

Como consejero legal de la Casa Blanca en el primer cuatrienio, Gonzales amasó un poder increíble, pues el entonces abogado general, John Ashcroft, el más conservador del gabinete e hijo de ministros protestantes, perturbaba a menudo al presidente por su indiscreción y necesidad de reflectores.

Cuando se logró la aprobación en el congreso de la controvertida Ley Patriota, que reduce las garantías individuales para combatir el terrorismo, Ashcroft salió a decir que quienes se habían opuesto a la misma le hacían el juego a Osama Bin Laden. Al anunciar su nombramiento la semana pasada (aún lo tiene que ratificar el senado), Bush se refirió a Gonzales como "una voz serena y segura en tiempos de crisis". Y es que este abogado de origen mexicano, efectivamente, se ha forjado un merecida fama por discreto, sencillo (incluso en la Casa Blanca volaba en clase turista), trabajador incansable, y cien por ciento abstemio. Pero lo que más distingue a Gonzales es su lealtad inquebrantable al presidente.

Bush, conocedor del poder que le otorgaron los electores el pasado 2 de noviembre, no ha tenido empacho en enviar a dos de los tres puntos políticos más importantes (con excepción del Pentágono) a dos de sus más allegados colaboradores: Rice a la secretaría de Estado y Gonzales al Departamento de Justicia. Y ambos esperan un proceso de...

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