Entrevista/ Fernando Vallejo: Entrega las armas

AutorFernando Gómez

"Noooo, Pepe, ¿por qué no dibuja un edificio en llamas con un montón de ratas tratando de escapar? Y abajo... ¡Abajo a unos negros fumando crack! Así termina el libro... ¡con un incendio en un edificio de Nueva York!".

El escritor colombiano Fernando Vallejo es un viejo pirómano. Cada vez que abre la boca, como si fuera el Espíritu Santo o algún tipo de dragón bíblico, lanza bocanadas de fuego. Es el narrador más polémico de América Latina y, diría Juan Villoro, "el maestro de la injuria como una de las bellas artes".

Hace poco apareció su última novela, "La Rambla Paralela", y por primera vez no sólo habla de Colombia y de sus asesinos, sino que habla de los muertos de México: Gayosso, escribe en "La Rambla...", es la gran funeraria de México. La funeraria de las funerarias, el velatorio de los velatorios, el enterradero de los enterraderos. Y México en ese terreno está como el tequila. ¡Gayosso es lo máximo, el primero! Se quisieran los Estados Unidos una de ésas (...) como diría la abuela: los muertos hacen cola en la calle para poder entrar. Nada de Día de los Muertos. Nada de lugares comunes.

Vallejo no entiende a México. O al menos eso es lo que él dice: "Después de treinta y dos años que llevo viviendo aquí, este país se me hace tan incomprensible como el día en que llegué. Y entiendo por 'este país' no el México de los inmigrantes españoles, judíos y libaneses sino el otro, el México profundo, el de Rulfo en el que los muertos hablan porque siguen vivos. De todos modos yo no soy sociólogo. Ese tema está muy bueno como para Octavio Paz".

Y a Octavio Paz lo detesta.

El 20 de abril de 1998, el día de la muerte del Nobel mexicano, lo llamé desde Colombia para tomar su reacción para el periódico El Tiempo. Se desató en un segundo. "Anote", me dijo. "Era un poeta de tercera, un prosista de quinta, un ser humano de décima. Es una pena que Dios no exista para que existiera infierno donde se estuviera quemando ese asqueroso". Mi editora apenas me dejó publicar la primera parte: era demasiado. Vallejo entró en cólera y la siguiente vez que alguien del periódico le pidió una entrevista dijo que sólo la daba si publicaban completa su declaración; la publicaron pero no quedó contento y ahora está en "La Rambla Paralela" como un desvarío de su personaje.

¿Por qué decidió sacarla del periódico y meterla en un libro?

Porque esa declaración te la di a ti y tú me la tergiversaste. En "La Rambla..." está tal cual te la di, pero ahora la pongo en boca...

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