Fortalezas y debilidades

AutorAlberto Barranco Chavarría

Al margen de los tres focos rojos que le comentábamos ayer, cuya superación señala la distancia entre el dicho y el hecho en la promesa del Presidente Ernesto Zedillo de derrotar la maldición de las crisis recurrentes de fin de sexenio, el País está obligado en la recta final a apuntalar sus fortalezas y combatir sus debilidades. De acuerdo al escenario planteado por Consultores Internacionales en su estudio "Perspectivas Económicas de México al año 2000", estos serían los puntos débiles del País en el último año del régimen:

Deficiente distribución del ingreso. A pesar del crecimiento económico del País, superior al promedio de América Latina, actualmente el 10 por ciento de la población más pobre sólo percibe el 3 por ciento del ingreso nacional, lo que contrasta con el 10 por ciento más rico, que se apropia de más de la tercera parte.

La agricultura, ganadería, pesca y silvicultura sólo generan 5.4 por ciento de la riqueza nacional. La trágica realidad incide, naturalmente, con la seguridad alimentaria. La agricultura a partir de 1995 ha mostrado tasas de crecimiento escaso, menos del 1 por ciento. Esto influye negativamente porque 40 por ciento de la población económicamente activa es rural.

Elevado componente de insumos importados. El crecimiento económico tiene un compañero inseparable: las importaciones. Generalmente éstas contienen un componente autónomo que está vinculado al volumen de la producción nacional; en los últimos años las importaciones han representado el 25 por ciento del PIB. Por tanto, cuando la economía mexicana crece, el déficit de la balanza comercial también, especialmente en el caso de las importaciones de bienes de capital y bienes de consumo intermedio. Dicho más claramente, por cada 100 dólares que se importan, 14 se gastan en bienes de capital y 77 en bienes de consumo intermedio.

Falta de poder adquisitivo del mercado interno. Las ventas al menudeo en general aún no recuperan los niveles observados en 1995.

La escasa integración de la industria maquiladora de exportación a la actividad industrial local. En 1994 la aportación nacional de insumos a las maquiladoras fue de 1.4 por ciento sobre los totales requeridos; hoy en día no rebasa 2 por ciento la cuota.

Los ingresos presupuestales del sector público como proporción del PIB están en el menor nivel observado en esta década. Estamos hablando de un signo inequívoco de problemas en el sistema fiscal y, naturalmente, de la imperiosa necesidad de la anhelada...

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