Francisco Javier González / El Clásico indispensable

AutorFrancisco Javier González

Rayados y Tigres juegan entre sí. Hay Clásico.

Nació como rivalidad del punto de partida más simple: el de la coincidencia geográfica.

León y Curtidores, San Luis y Atlético Potosino, Torreón y Laguna, Atlas y Chivas.

La disputa por las preferencias de la ciudad de origen establecieron una competencia natural. Como el futbol tiene en juego un sentido de pertenencia, un algo que representa a cada uno de nosotros, no se le puede ir dos equipos. Por sentido de tribu, de identidad. Porque hay que pertenecer con simpatía, interés o pasión a un solo bando. Por el motivo que sea, pero a unos colores únicos.

Algunos de esos "Clásicos" eran casuales pero compartían causa común: ganar en la división de partidarios.

Después de que Dios, los directivos que invirtieron en las franquicias antes de que así se llamaran y hasta las peripecias que les hicieron compartir una misma tierra, vino la segunda etapa de evolución: cada equipo desarrolló una personalidad propia para andar por la vida.

Eso se logra a través de los años, subidas y bajadas, anécdotas, idolatrías y rivalidades. Convicciones incluidas.

Algunos de los mencionados no pasaron la prueba del tiempo. No cuajaron, desaparecieron, fueron vendidos o pasaron inadvertidos. Sólo algunos historiadores los rescatan del olvido al paso del tiempo.

Rayados y Tigres han pasado exitosamente el examen de autenticidad para ser hoy lo que son.

Compartieron estadio, vivieron campales inolvidables, dieron grandes partidos y conformaron planteles -entre importados y nacidos en casa- que la memoria es capaz de recitar de corrido desde las épocas más lejanas.

Hoy, Rayados y Tigres no solo viven con...

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