Frontera Invisible/ Un país dividido

AutorSergio Muñoz Bata

El mayor problema es que el proceso entero se mueve en tres ámbitos: el electoral, el político y el judicial, y cada vez que se toma una decisión en un área, se genera un retroceso en otra. En este sentido, no es exagerado decir que resulta casi imposible hablar de avances.

Otro problema, no menos importante, es que las decisiones se toman constantemente, lo que imposibilita establecerlas como permanentes y válidas. Lo que es válido un día a cierta hora, no lo es una hora más tarde. ¿Dónde empezar a narrar los últimos acontecimientos? Apenas el martes, la Suprema Corte de Justicia de Florida emitió un fallo que parecía confirmar el principio fundamental de una elección democrática: hay que asegurarse de que la voluntad de los votantes sea la que prevalezca.

Al indicar la Corte que el recuento de votos solicitado por los demócratas debía continuar, no sólo revivía las aspiraciones presidenciales del Vicepresidente Al Gore, sino que fijaba el domingo por la noche como la fecha límite para certificar el resultado de la elección. Dadas las circunstancias, en ese momento se pensó que si el fallo de la Corte hubiera ido en sentido contrario, probablemente habría resultado fatal para Gore.

Afortunadamente para su causa, la decisión del Tribunal no sólo lo favoreció, sino que, en cierto sentido, lo legitimó ante la opinión pública.

El mismo martes, un poco más tarde, Gore apareció por televisión afirmando que la decisión de la Corte demostraba que su insistencia en el recuento manual no era un capricho. También exhortó a su contrincante George W. Bush a que se reunieran para mostrar que pese a todo, en el país prevalece la unidad nacional. Por último le pidió que solicitara a sus partidarios bajar el tono de la retórica y evitar los comentarios divisorios mostrando respeto a la voluntad de los votantes. Gore necesita ganar tiempo.

La apuesta de Gore era y sigue siendo que los observadores demócratas leyeran correctamente la intención de los votantes en los tres condados en que se hacían los recuentos. Hasta qué punto están en lo correcto es algo que todavía está por verse. Hasta el momento, Bush lleva una ventaja de 930 votos y es cierto que la diferencia entre el recuento mecánico y el manual favorece a Gore, pero en este asunto la historia apenas está escribiéndose.

Como era de esperarse, la decisión judicial no protegió al proceso de las reacciones políticas. Bush no contestó personalmente en ese momento, pero su observador principal, el ex...

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