G.L.Othón / Barramundi
| Autor | G.L.Othón |
Cocina del mar
Av. Terranova 1025
Tel. 3640-2140
Comida **½
Servicio **½
Ambiente ****
Desde hace un par de meses y cada que me tocaba el alto en la esquina de Terranova y José María Vigil, venía viendo con particular interés qué cosa se fraguaba al interior de un enorme rectángulo cristalino vedado a los ojos de los mortales por cortinas improvisadas de papel kraft; mientras mi curiosidad aumentaba muchas ideas cruzaron por mi mente, ahora el misterio ha quedado al descubierto y reconozco que no estuve ni cerca de suponer que un mariscador sería el responsable de todo esto.
A Barramundi se ingresa por una rampa azulada (ponga cuidado si llueve), ya una vez a bordo de ésta especie de embarcación, imposible no recordar historias de sirenas con collares de perlas bordeándoles el cuello, aventuras de calamares gigantes y pulpos de férreos tentáculos, monstruos marinos emergiendo de las profundidades o ya de pérdida alguna escena de la fabulosa cinta de Simbad el Mareado (cómo explicar las horas ociosas de la infancia sin Tintan).
En mi primer viaje todo transcurrió con calma, el calor me incitó a beber cerveza pues no hay nada más fresco y reconstituyente, mi acompañante femenina optó por un refresco de dieta. Para adentrarnos a las primeras aguas, comenzamos por una tostada de cebiche blanco ($18.00) y una de cebiche de camarón ($20.00), limón en trozos y una fila de botellas de variadas salsas picantes nos sirvieron de aderezo. Fue de mi agrado el cebiche, pues me gusta que se elabore con cubos grandes de carne para constatar la calidad y el sabor del pescado, además tenía la justa cantidad de pepino y aguacate. Yo seguí con un taco de frijoles a las brazas ($6.00) pues se dice que si los frijoles de la casa son sabrosos, sirven de indicador para todo lo demás.
Continuamos con lo fuerte: un filete de robalo gratinado con espinacas ($95.00) para mi nereida y un steak de atún con salsa de hongos ($105.00) para mí. El filete con espinacas llevado al gratín es una exitosa combinación, no así la lonja de atún, pues además de haberse pasado el tiempo de sellado (estaba más bien recocida), la cremosa salsa blanca con hongos le quita todo frescor. Los vegetales que acompañan estos guisos tienen grato sabor a mantequilla, en cambio el típico arroz moldeado sólo cumple con decorar el plato.
Una cerveza más y junto con la cuenta llegó la tempestad, pues un pequeño error del diligente mesero casi me hace pagar las tostadas de...
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