Gabriel Jiménez Remus/ Espantoso futuro

AutorGabriel Jiménez Remus

En el reciente final del 2002, hace muy pocos días, la comunidad científica internacional puso en duda la veracidad del escandaloso aviso hecho por una empresa, que proclamó el nacimiento del primer hombre producto de una clonación. La falta de evidencias y la incredibilidad de la absurda secta raeliana, que es la dueña del negocio, son los más importantes argumentos sostenidos por los investigadores serios de todo el mundo para dudar de la realidad de la noticia.

En el segundo argumento no les falta razón, porque el fundador de la secta, Claude Vorihon, antes de dedicarse a la extorsión de chalados se ganó la vida como pésimo e ínfimo periodista y cantautor desconocido y luego encontró nuevas industrias que le han garantizado el condumio, como es su afirmación que en 1973 se tropezó con un extraterrestre, y que de ahí "nosotros somos los que creamos la vida en la Tierra, por eso nos habéis tomado por dioses. Estamos en el origen de vuestras principales religiones". Esta es una perla de humor desquiciado de este zascandil que en otras épocas menos benignas hubiera sido encerrado con los juaninos y curado de sus delirios con agua helada y a mamporro limpio.

Es claro que si los recelos finalmente acabaran infundados y real y objetivamente se ratificara la clonación, estaríamos en la presencia de un hecho de importante trascendencia y, por supuesto, de muy serias consecuencias. Pero también si, como señaló esa mayoría responsable de científicos que han opinado sobre el tema, no se ha realizado la tan gritada clonación y el anuncio falso es sólo un truco para llamar la atención por simple mercadotecnia y para capturar publicidad para la empresa de marras, el simple aviso debe servir de alarma para la comunidad internacional. Siendo sinceros, la clonación humana reproductiva ya no es una idea fantástica como la invención literaria de Mary Shelley, creadora de Frankenstein; tampoco son provocaciones de pendenciero las afirmaciones de Severino Antinori, el médico italiano que presume que en estos días está por nacer un ser clonado. No. Desde el ámbito de la ciencia se considera un hecho posible, técnicamente realizable. Así hay que afrontarlo.

Inmediatamente después de la noticia, el Vaticano dijo que es "la expresión de una mentalidad brutal, privada de toda consideración ética y humana"; en Washington...

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