Gaceta del Charro / Abuso sexual agravado

AutorGermán Dehesa

La capacidad de intromisión que tiene la realidad en nuestras vidas es brutal. Hoy lunes 7 de mayo, me disponía a escribir un risueño artículo en torno al demoledor impacto de los encuerados en la sensibilidad nacional y también quería hablar del inminente y consternante Día de las Madres que avanza implacable. Ya había construido el primer párrafo, cuando sonó el teléfono. Era mi amigo Víctor Foja que, sin el menor miramiento, me dijo: ¿quieres oír una historia atroz? En lo que yo pensaba si quería o no quería, él comenzó.

Todo es absolutamente real, aunque esté teñido de esa irrealidad que lo perverso le impone a los actos del hombre. Víctor y yo tenemos un amigo en común llamado Jesús Anaya que es un hombre y un editor cabal. Sucede que hace unos días, su hermano que vive en Guadalajara dedicado al trabajo decidió venir de visita a México. Llegó, hizo algunas visitas y abordó el Metro. Se trata de un hombre diabético y extremadamente impresionable. Ahí en el Metro se quedó dormido abrazando su portafolios. Cuando despertó (diría Kafka) descubrió dos cosas: la estación donde debía bajarse ya había quedado atrás y frente a él tenía a una mujer vociferante que lo acusaba de "acoso sexual". Francisco José Anaya no sabía ni de qué se trataba. No tuvo tiempo. Con sospechosa celeridad aparecieron los vigilantes del Metro. Éste fue el primer círculo infernal. En el segundo está, cosa extrañísima en México, un guardián corrupto que funge como Comandante de la estación del Metro quien amable y paternal, le aconseja a nuestro amigo que le dé diez mil pesos a la señora y "aimuere". Francisco José se niega rotundamente y es enviado a la Agencia del Ministerio Público 50-C. A estas alturas, nuestro personaje manifiesta señales de daño cardíaco. En calidad de "detenido" lo envían al Hospital de Balbuena. Su familia comienza a buscarlo pero nadie da razón.

De Balbuena lo regresan al día siguiente a la Delegación donde, sin que la "querellante" se haya presentado a ratificar su denuncia, estuvo 48 horas y de ahí...

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